Apatía en Cataluña ante la conmemoración de la "Diada"

«Hace pocos días, Abril Martorell afirmaba que la disgregación social en nuestro país es ahora menor que hace un año. Ello puede ser cierto en el conjunto de España, pero en Cataluña ha sucedido exactamente lo contrario.» Esta frase, pronunciada por un dirigente catalán de centro-izquierda, resume el desconcierto de los sectores catalanistas ante la festividad del 11 de septiembre, caracterizada, este año, por la fríaldad, la desilusión y el desconcierto.

La expectación popular es, en efecto, en vísperas de la jornada, prácticamente nula y desde luego incomparable con la que fue propia del pasado año. Este desencanto tiene como virtud el colocar a todas las fuerzas políticas catalanas frente a sus responsabilidades, obligándolas a reconocer el carácter impresentable del balance a efectuar de un año.Como elemento sugeridor de reflexiones, cabe destacar que este año las organizaciones independentistas catalanas serán las beneficiarias de los errores cometidos y en vías de comisión por las fuerzas parlamentarias. En este sentido es de destacar que ya ahora puede afirmarse que la desproporción existente el pasado año entre los participantes en la manifestación independendista y los asistentes a la de carácter parlamentario habrá disminuido, en detrimento de estos últimos. Ello es consecuencia de que los independentistas se han fortalecido, por un lado, por la ineficacia de la Generalidad «y la desilusión consiguiente, y que, por otro lado, han utilizado todas sus energías ante la proximidad de la jornada, mientras que las fuerzas parlamentarias han dado en todo momento la impresión de que convocando su manifestación cumplían con un rito que, de hecho, les interesaba de una manera relativa.

Anoche tuvo ya efecto, en el Palacio Municipal de Deportes de Barcelona, el primer acto preliminar de la festividad. Estaba convocado por dos partidos independentistas y consistía en un recital de poesía y canciones. Para esta mañana está convocada la primera gran manifestación, también de carácter independentista. Finalmente, mañana se llevará a cabo la concentración propiciada por las fuerzas parlamentarias y cuyo alcance será un auténtico test.

La Generalidad, por boca de su presidente, expresó hace ya meses su escaso interés por el tema. Fue cuando Tarradellas manifestó que «no me interesa nada, nada, nada». La Generalidad, en consecuencia, se limitará a depositar una corona ante el monumento a Rafael de Casanova, defensor de la ciudad de Barcelona en 1714. Asimismo, Tarradellas entregó ayer a los medios informativos un comunicado dirigido a la ciudadanía, en el cual afirmaba: «En la "Diada" de este año, pues, celebramos la gran victoria de todos los ciudadanos de Cataluña que, gracias a su unidad irreversible y a su voluntad de trabajar por la consagración de sus ideales de paz y libertad, ven que su tarea no ha sido inútil.»

El mensaje señala también: «Yo os pediría que por un momento quisierais considerar que todos los pesimistas han fracasado rotundamente. Los acuerdos del 2 dejulio de 1977 y los del 15 de abril de este año entre el Estado y la Generalidad se han cumplido todos.»