Cuadro macroeconómico del año 1978: un avance
Rebasados ocho meses de 1978, puede estimarse, sin riesgo de grave error, el cuadro macroeconómico que anticipa el balance del ejercicio.El hecho más sobresaliente de sus resultados totales es, sin duda, la más alta tasa alcanzada por el producto interior bruto, que se situará en torno al 2,4% de crecimiento, frente a la prevista del 1,1 % contenida en el Plan de Saneamiento y Reforma Económica
El producto interior bruto ha crecido más de lo previsto, por dos motivos. Por un lado, la producción agraria en 1978 contempla una tasa muy elevada, como consecuencia de la buena cosecha. Aun descontando la reducción en la producción pesquera, el sector primario (agricultura y pesca) va a experimentar un crecimiento del orden del 6%. El segundo factor que ha pesado notablemente en él comportamiento del producto interior bruto ha sido el desarrollo de la demanda externa, con aumento récord de la exportación de mercancías y de servicios del 13,3%, a precios constantes. La importación registra una tasa decreciente del 3,1%, lo que, unido al desarrollo de las exportaciones, hará que la balanza de pagos por cuenta de renta cierre con superávit el año 1978. El favorable ejercicio del sector exterior justifica que el crecimiento de la demanda externa explique el 54 % del aumento registrado por el producto interior bruto.
Desde el punto de vista de la producción, aparte del notable avance del sector agrario, se registra un crecimiento de las actividades de servicios en el 2,6%, en gran parte causado por el aumento de la actividad en el sector turístico, que ha hecho mejorar las tasas de sectores tan importantes como el hotelero, comercial y transportes. Ha sido el sector industrial el que ha mostrado menor dinamismo, con un crecimiento del 1,2%, debido, fundamentalmente, a la expansión de sectores exportadores y productores de bienes de consumo. La construcción registra tasa descendente del orden del 1,5%.
La demanda interna apenas ha crecido. Tan sólo aumenta en medio punto. Los componentes de la demanda operan de forma diferente, ya que la demanda de consumo crece al 1,5%, mientras que la acumulación de capital (inversión y aumento de «stocks») disminuye el 2,9%. Dentro de la demanda de consumo será más expansivo el consumo público que el financiado por las familias.
El punto negro del balance económico de 1978 se sitúa en la demanda de inversión. La inversión en construcción decrece el 1,7 % y la de equipo el 5,5 %. Esas cifras negativas se hallan ligadas al crecimiento del paro, en el que se centran, justificadamente, las mayores preocupaciones del momento.
Finalmente, el cuadro macroeconómico contempla un comportamiento de precios que mejora notablemente el registrado en 1977 y se ajusta a los límites previstos en los acuerdos de la Moncloa. Así, el crecimiento de los precios implícitos en el producto interior bruto se sitúa en el 20,5 % y, con ligeras diferencias, todas las variables y sectores presentan una evolución semejante. Los precios al consumo, en media anual, crecerán en torno al 20%, lo que supone que la inflación a lo largo del año se sitúe por debajo del 1,8%.
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