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El derecho a la información, tema del congreso andaluz sobre comunicación

Las sesiones del Primer Curso Andaluz de Comunicación Colectiva de Córdoba fueron inauguradas por el director del mismo, Angel Benito. Las jornadas, que se centran monográficamente alrededor del artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos, que reconoce el derecho de la humanidad a la información, comenzaron en la noche del miércoles con la conferencia del decano de Filosofía y Letras de Córdoba, Cuenca Toribio, quien analizó los fundamentos de la falta de tradición histórica del regionalismo andaluz ante la despreocupación de su burguesía, la indiferencia de su proletariado el desaprovechamiento de las coyunturas históricas y la falta de una auténtica ciudad de cultura que irradiara el germen de esta idea.Ayer pronunció su primera conferencia el profesor Alejandro Muñoz Alonso con el título de la Comunicación política, y en ella realizó un esquema general de las relaciones entre poder e información. Tras un análisis de esta dicotomía en otros momentos históricos, expuso lo que entiende que son sus características en un sistema democrático, insistiendo en problemas como el de la libertad de ex presión, el de la publicidad de la cuestiones políticas, el del carácter comunicativo de la representación política, a la que calificó de fenómeno de la comunicación, e incluso el de las elecciones, que en última instancia significó como un gran foro comunicativo. Tras el es bozo de este modelo teórico de relaciones en una democracia entre el poder y la información, analizó la realidad concreta, para llegar a la conclusión de que ésta se aleja de aquel modelo y que el estereotipo del ciudadano Interesado que toma parte en la vida política después de haberse informado es solamente un atractivo ético y moral, pero que no se da en la realidad. «Esto -dijo- es el gran desafío que tiene la democracia en nuestra época: hacer que la gente participe y tenga interés por informarse de las cuestiones políticas. »

Asimismo, Francisco Umbral pronunció su primera conferencia, reducida a la historia del periodismo subjetivo, dejando para la sesión de hoy el panorama de los columnistas que siguen esta línea en la prensa española. Frente al lenguaje aséptico que se propone como modelo de la información periodística, Umbral se pronunció a favor del articulista que opina, el que da su versión sobre una anécdota narrativa y ejerce en definitiva la libertad de crítica. Quevedo, Voltaire, Boudelaire, Larra, Mesonero Romanos, los folletinistas Sue, Fernández y González y Alejandro Dumas, Ortega y Gasset, Eugenio d'Ors, Baroja, Azorín, Fernández Ruano, Pemán fueron analizados como modelos y enjuiciados por Umbral, para quien el artículo debe sacrificar tres cosas: «la noticia, el ensayo y el soneto», aunque la brevedad de su extensión no debe carecer de su amago de información, análisis y lírica. De cualquier forma, reiteró el modelo ideal d'orsiano -no en la idea, sino en la capacidad de síntesis-, reiterando que «la inspiración sólo dura dos folios, lo que los efectos de un güisqui o un estado de gracia de la presión arterial». Para Umbral en el franquismo -época en la que dejó sentada su admiración sobre González Ruano-, los subjetivistas supieron sustituir la libertad por la naturalidad pronosticando que, ahora que hemos vuelto a ser multinacionales, se augura un retorno del periodismo subjetivo con el abandono del cultivo reverencial a un periodismo de dossier «que las más de las veces coloca una pared entre la información y la verdad».

La tercera lección corrió a cargo de Manuel Leguineche, director de la agencia Colpisa, quien analizó el revulsivo que han supuesto las nuevas técnicas del periodismo, especialmente la de investigación muy verificada y minuciosa tendente a la eclosión del reportaje tipo Watergate, analizando, por menos conocido, el de las matanzas de My-Lai, por Sigmund Hertz, cuya metodología calificó de ejemplificable.

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