"La dinámica del Gabinete Nobre da Costa es de derechas y reaccionaria"
Jorge Campinos, que fue ministro de Comercio Exterior y, posteriormente ministro adjunto del presidente del Gobierno portugués, es uno de los dirigentes del Partido Socialista que tuvo mayor intervención en todas las iniciativas y negociaciones durante la actual crisis. Acompañando a Mario Soares o dirigiendo en su lugar las delegaciones del Partido Socialista, del que es secretario general, nadie está mejor situado que él para explicar la táctica que su partido ha adoptado hasta ahora y la que piensa realizar para resolver la crisis gubernamental. Con esta conversación, nuestra corresponsal en Lisboa, inicia una serie de entrevistas con dirigentes de los principales partidos portugueses.
Cuando Jorge Campinos se muestra resueltamente optimista sobre las perspectivas de solución satisfactoria y duradera de la crisis en un plazo de uno a dos meses es necesario ver en esta actitud algo más que una expresión del proverbial optimismo que Mario Soares ha comunicado a sus colaboradores más directos.«Si este Gobierno consigue hacer aprobar su programa por el Parlamento, y no creo que esto ocurra, su dinámica, independientemente de sus intenciones, sería de derecha y reaccionaria, y chocaría frontalmente con todos los partidos sin excepción», afirma Jorge Campinos, que asegura haber constatado la conciencia de este hecho, más o menos clara, en los tres partidos que celebraron, los pasados días, encuentros bilaterales con los socialistas.
Con relación al programa y la composición del Gabinete Nobre da Costa manifestó: «Como hemos dicho siempre, el Gobierno, su composición y su programa son, para el PS, aspectos secundarios en relación al motivo principal de la oposición de los socialistas y que es el tratarse de un Gobierno al margen de la voluntad democráticamente expresada en el Parlamento.»
«Con todo, puedo decirle que tenemos en relación a la composición del Gabinete un juicio negativo. El nuevo Gobierno no tiene la más mínima coherencia interna, haciendo coexistir políticos conservadores con elementos progresistas o abiertamente de izquierda. Representa un retroceso en la vía de la atenuación de la participación directa de los militares en el poder. En particular, es un militar quien ocupa el Ministerio de Gobernación, asumiendo así la dirección de las fuerzas policiales.»
Campinos considera que el PS nunca aceptó que la fórmula de Gobierno socialista minoritario había quedado descartada tras la caída del primer Gobierno Soares y «tampoco fue la opinión mayoritaria del Parlamento». El PS, según el dirigente. socialista, fue colocado ante un hecho consumado, cuando el general Eanes exigió la formación de un Gobierno dotado, previamente, del apoyo mayoritario del Parlamento, coherente y estable.»
Campinos, que fue el primer político que habló de «presidencialistas», considera que éstos están condenados al fracaso. «En Portugal son los nostálgicos del régimen anterior y los ambiciosos de hoy que consideran demasiado largo, para sus afanes de poder, el camino a recorrer dentro de la jerarquía de los partidos. No podrían contar con otros instrumentos que el plebiscito. y las fuerzas armadas», afirmó, para señalar a continuación que no cree que el presidente Eanes se incline por la vía presidencialista. «Estamos dispuestos a colaborar con él para contribuir a mantener su prestigio y su autoridad», señaló Campinos.
Salida a la crisis
Con relación a la votación de confianza, dijo que la comisión nacional del PS se inclinaría se guramente por ella, «pero no se remos el único partido», aunque negó que hubiera acuerdos previos entre varios partidos para derrotar al Gobierno Nobre da Costa. Al planteársele que esa derrota supondría a corto plazo la continuación de la crisis, dijo: «El Gobierno, aunque derrotado, puede mantenerse en funciones, un mes o dos, tiempo más que suficiente para encontrar una solución.»En su opinión, esa salida a la crisis no implica necesariamente un Gobierno socialista «ni siquiera un primer ministro perteneciente, necesariamente, a un partido. Nos basta ser consultados previamente, que haya un acuerdo previo entre los partidos, o al menos la mayoría de ellos y que sea un Gobierno apaciguador, es decir, que su composición y programa no puedan ser considerados como una provocación, sea para la derecha, sea para la izquierda».
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