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Entrevista:

"La petroquímica española debe preparar su entrada en Venezuela"

Pregunta. ¿Cuál esla historia de la participación española en la construcción de un ferrocarril en Venezuela?Respuesta. En 1976 el INI montó en Caracas una exposición sobre las actividades del Instituto que pudiera dar idea, además, del progreso de la industria española en general. La exposición coincidió con el período de prelicitación para la construcción de un ferrocarril que uniera Ciudad Guayana, punto neurálgico de la actividad siderúrgica venezolana, y San Juan de los Morros. El INI transmitió al Gobierno de Venezuela el interés de varias empresas españolas por participar en este proyecto. En la subasta, la mejor oferta fue la presentada por un consorcio venezolano-canadiense, pero como su proyecto no cumplía determinadas exigencias del Gobierno (garantías, plazos, etcétera), la licitación fue declarada desierta. El segundo mejor precio era el nuestro, aunque con una diferencia de unos mil millones de bolívares (20.000 millones de pesetas). A pesar de que nosotros podríamos haber, impugnado la licitación, aceptamos la sugerencia del Gobierno venezolano y se constituyó un consorcio hispano-venezolanocanadiense. En estos momentos se están terminando las conversaciones para la firma de un acuerdo-marco entre el Gobierno y el consorcio que establecerá las pautas de los contratos de cada una de las partes.

P. ¿Qué. empresas españolas participan, cuál es la inversión total y cuándo estará terminado el ferrocarril?

R. La participación española se ciñe, fundamentalmente, en la obra civil y formación de personas. En la construcción participan Dragados y Construcciones, Cubiertas y Tejados, MZOV, Entrecanales y Távora, y Ferrovial. En la ingeniería, INECO. En suministros, Precon. En vagones, Ateinsa, CAF, CAT y Maquinista Terrestre. En instalaciones y señalización tradimetal, Erieson y Standard Eléctrica, y la Renfe, en mantenimiento del ferrocarril.

La inversión total de ferrocarril de setecientos kilómetros es de unos 4.500 millones de bolívares (unos 85.000 millones de pesetas), de los cuales corresponden a España el 43 %; a Canadá, el 37%, y a empresas venezolanas, el 20 %. Pensamos que las obras comenzarán en octubre y estarán terminadas en cuatro años.

P. También se firmó en aquellas fechas un convenio para que Pegaso construyera motores y vehículos aquí. ¿Cómo está ese proyecto?

R. A finales de 1976, el Gobierno de Venezuela, siguiendo los esquemas del Pacto Andino, diseñó una política automotriz y se convocaron los correspondientes concursos para construir plantas de fundición y forja, fábricas de motores Diesel pesados, motores de gasolina, cajas de cambio, etcétera. Más tarde, el Gobierno quiso insistir en la Política de dieselización y anunció su propósito de que se construyeran motores Diesel de dos tipos. En la licitación inicial, Pegaso presentó su proyecto, junto con Mack, FIAT y Dodge. Y la subasta fue declarada desierta.

El Gobierno decidió entonces negociar directamente con las firmas que habían acudido a la subasta. De esas conversaciones surgió la decisión de adjudicar a FIAT la fabricación de los motores de 120 a 180 HP y a Pegaso la de los de más de 180.

P. ¿Por qué cree usted que Venezuela se decidió por la oferta española?

R. Básicamente pienso que lo que el Gobierno trataba era de despegarse de la influencia de las multinacionales de la automoción, que apenas han contribuido al desarrollo venezolano. Además , desde el punto de vista tecnológico, Pegaso ofrecía garantías suficientes.

P. Existen unos compromisos muy serios para la terminación de las obras y la puesta en servicio de las plantas. Es más, según mis noticias, una de las compañías competidoras, Mack concretamente, ha basado en este punto una de sus campañas contra Pegaso. ¿Se cumplirán, pues, los plazos fijados?

R. No le quepa ninguna duda. Nuestro compromiso es que en noviembre la planta ensambladora (que él Gobierno concedió a Pegaso juntamente con la de motores) debe estar funcionando, y así se hará. Las obras están casi listas, y se han realizado en un tiempo récord. Tenga en cuenta que compramos los terrenos en noviembre del año pasado y que la construcción comenzó en febrero. La planta de motores estará terminada en 1979, y funcionará a pleno régimen en 1981.

P. Pasemos al tema naval. ¿En qué situación están los proyectos del astillero?

R. En este tema el Gobierno inauguró un sistema de selección que ha dado muy buenos resultados. Estaba prevista la construcción de dos astilleros; uno, de construcciones, en Cumaná, y otro, de reparaciones, en Paraguaná. El Gobierno estableció contactos con doce paises para buscar el socio extranjero. Al final de la selección quedaron, para el primer proyecto, Suecia, Dinamarca y España, y para el segundo, Suecia, Holanda y España.

Con estos cuatro países el Gobierno mantuvo conversaciones más específicas, solicitó más datos y pidió que expresaran sus condiciones de participación en la empresa: La mejor oferta fue la de Astilleros Españoles y se formó la Compañía Astinave.

La primitiva ubicación del astillero de construcciones en Cumaná se desestimó, porque estudios técnicos demostraron que el lugar elegido para el astillero era un punto negro sismológico; otras investigaciones concluyeron que era arriesgado construir dos astilleros al mismo tiempo en un país sin tradición naviera y que resultaría más rentable hacer un astillero de doble función, que pudiera aprovechar épocas bajas en la cartera de pedidos de nuevos barcos para hacer reparaciones, y viceversa.

La participación española en este proyecto, cuya inversión es de 22.000 millones de pesetas, es muy amplia. Muchas empresas del sector naval vendrán aquí. Buena parte del personal será adiestrado en España e incluso se construirán en Astilleros Españoles las cabezas de serie de algunos pedidos para que sirvan de escuela de construcción naval al personal venezolano.

P. España está construyendo también una buena parte de la red frigorífica venezolana, ¿no es así?

R. En efecto. El Gobierno de Venezuela necesitaba con urgencia una red de frío. Hizo contactos con diversas empresas, y la mejor oferta, al final, en precio y en plazos de entrega, fue la realizada por Ramón Vizcaíno, SA. Se le adjudicaron cinco frigoríficos, por un importe total de 2.600 millones de pesetas, que ya se están construyendo. En este tema hubo un pequeño problema, ya felizmente resuelto, con la industria metalmecánica local, que pensó que había sido marginada del tema.

P. Aparte de estos temas, ¿en qué otros aspectos de la colaboración económica se está trabajando?

R. La empresa privada española esta; desarrollando aquí una gran actividad, sobre todo en los campos metalmecánico y naval.No olvide usted que estos dos sectores tienen una gran capacidad multiplicadora. Por lo que se refiere más concretamente a la empresa pública, estamos estudiando con mucho detenimiento el sector petroquímico. Estamos convencidos de que el próximo Gobierno deberá desarrollar la industria petroquímica, como el presente lo ha hecho con la siderurgia.

En este punto veo unas enormes posibilidades para España. Porque nuestro país, a pesar de no disponer de recursos propios, ha desarrollado magníficamente la tecnología petroquímica.

Ahora mismo hay conversaciones para la participación española en una planta de neumáticos y en otra de polietileno. Personal venezolano se está capacitando en España.

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