Havelange quiere votos

El presidente de la Federación Internacional de Fútbol, Joao Havelange, ha venido a Madrid con el firme propósito de marcarse el tanto de un Mundial-82 a base de veinticuatro equipos. Es la fórmula que conviene a Havelange para ganarse los votos de africanos y asiáticos, que dentro de dos años, en Moscú, tendrán votos, quizá decisivos, para la elección del presidente del Comité Olímpico Internacional. Joao Havelange salió del Mundial de Argentina con media lagartijera, de cara a sus aspiraciones olímpicas, por sus complacencias con Videla, pero aún intentará recuperarse.Los deseos de Havelange son unos y, probablemente, los intereses españoles otros. La fórmula que ofrece Havelange para clasificar a los veinticuatro quizá no sea la más adecuada. Si él tiene intereses políticos, más importantes son los del país organizador y de aquí a cuatro años cabe la posibilidad de que aquella idea de poder invitar a un par de países pueda resultar satisfactoria.

A España podría convenirle el supermundial con la baza de completar el cupo con un pais que pudiera aportar turistas o con otro que pudiera liberar marineros secuestrados. El mundial de fútbol no es sólo una cuestión de goles.

El Gobierno ha guardado hasta el momento presente absoluto silencio. Ahora que Havelange planteará claramente sus propósitos será el momento más idóneo para estudiar el tema. Presupuestos y proyectos varían enormemente de un cupo de dieciséis a uno de veinticuatro. Ha llegado la ocasión de acabar con las piruetas federativas.