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Expuesto al público en Italia el sudario con el que se supone que fue amortajado Cristo

Desde hace cuatrocientos años se conserva en la catedral de Turín una sábana de lino con las huellas de un hombre crucificado. Tiene una historia de 2.000 años. Se piensa que pueda ser la sábana en la cual José de Arimatea, después de la crucifixión, envolvió el cuerpo de Cristo. En italiano se llama Sindone, porque en griego sindon significa sudario. Sobre este tema publicará un amplio estudio EL PAIS SEMANAL del próximo domingo.Hace 45 años que no se exponía al público. Con ocasión del cuatrocientos aniversario de su venida a Turín, esta reliquia misteriosa y desconcertante, objeto de apasionado estudio por católicos y ateos, está expuesta a la veneración de los fieles desde el pasado domingo. El arzobispo de Turín, monseñor Ballestrero, dijo muy claramente, en el rito de inauguración, que la Iglesia nunca se ha pronunciado oficialmente acerca de la autenticidad de la que se considera la primera reliquia del cristianismo. Y recordó que la Iglesia ha dejado la más absoluta libertad a todos los científicos para que puedan estudiar el Santo Sudario sin ningún prejuicio. Y lo cierto es que en este campo existen las versiones más opuestas: desde quien la considera auténtica, sin dudar ni un momento, a quienes piensan que todo es una farsa. La mayor dificultad reside en el hecho que no se conoce bien cómo ha llegado hasta nosotros, aunque no faltan libros que reconstruyen casi día a día su cronología, desde el Calvario hasta Turín. Pero lo cierto es que de esta reliquia no se habla nunca en el Evangelio, sólo en los apócrifos, y que empieza a aparecer en plena Edad Media, casi al mismo tiempo que el milagro de la sangre de San Genaro, en Nápoles, que tiene una larga historia de cruzadas: casi una novela.

Pero si es verdad que la Iglesia no obliga a sus fieles a creer en la autenticidad de este documento que, si fuera verdadero, sería el más importante de la historia de los cristianos, también lo es que en el fondo se inclina más bien hacia la fe. De hecho, Pablo VI fue el Papa que más devoción demostró por este Sudario, y parece ser que estaba dispuesto a ir a Turín, como peregrino. También Pío XI la recordó antes de morir. Ahora la pregunta que se hacen todos es si Juan Pablo I dedicará uno de sus primeros viajó para ir a Turín a venerar esta reliquia.

Por ahora están desfilando más de 40.000 personas al día. Entre éstas se ha visto, confundido con los demás fieles, a uno de los exponentes más prestigiosos del colegio cardenalicio progresista: el primado de Chile Silva Enríquez, y está ya anunciada la visita del patriarca de Leningrado, Nicodim.

De los miles de extranjeros llegados a Turín, la mayor parte son ingleses. Les siguen los franceses, japoneses y norteamericanos.

El Santo Sudario estuvo siempre conservado en una urna de plata en la capilla construida a finales del siglo XVII por Guarino Guarini. Se abrió hace cuatro años para permitir, con la autorización de Pablo VI, un programa televisivo. Ahora, antes de ponerlo en el altar central de la catedral, un equipo de técnicos lo han colocado en una especie de relicario de acero y cristal.

Se han tomado todas las medidas posibles e imaginables de seguridad. El cristal es de veintiséis milímetros, preparado a prueba de balas. En el interior se ha creado una atmósfera controlada de gases especiales para impedir fenómenos de oxidación. Particulares circuitos eléctricos mantienen la reliquia a una temperatura constante de veinticinco grados y a una media de humedad de cincuenta grados. En el cristal existen también unos filtros especiales que anulan, de hecho, la banda ultravioleta presente en el espectro luminoso, y que tiene efectos particularmente dañinos en las obras de arte. Peligros de otro tipo los alejan miles de ciudadanos del orden público, que voluntariamente ayudan a la fuerza policial para evitar atentados. Es tan estrecha esta vigilancia que han, apresado incluso a un ratero que le robaba el bolso a una señora devota. Pero como ésta le perdonó, emocionada por el privilegio de venerar el Santo Sudario, los carabineros lo soltaron. El ratero dijo que fue un milagro y volvió a la catedral a ringraziare il Buon Dio.

La gente se queda un poco desilusionada porque pensaba ver el rostro de Cristo que se ve en las fotografías que nosotros conocemos. Pero, en realidad, el original es una imagen en negativo. Se ven sólo una especie de manchas. Y esta es la gran pregunta que se hacen los científicos: ¿Cómo se grabó esa imagen? Alguien ha pensado que podía haber sido obtenida de alguna momia antigua, pero lo cierto es que ninguna prueba ha dado resultados positivos.

Para evitar críticas, el arzobispo de Turín dejó toda la organización a la Administración provincial y regional, que en Turín es comunista. Esta ha gastado más de 2.000 millones de liras en estructuras para recibir a los dos millones de peregrinos que se esperan de todo el mundo. El Arzobispado ha prohibido que se vendieran objetos delante de la catedral, pero no lo ha conseguido. Los más contentos fueron los vendedores ambulantes de paraguas, ya que el primer día de peregrinación llovía torrencialmente. Se vendieron más de 10.000, entre paraguas e impermeables.

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