La temporada de la Orquesta Nacional

La temporada regular de conciertos sinfónicos en el teatro Real comprende veinticuatro programas, cada uno de los cuales se da tres veces a diferentes precios. Diecinueve conciertos serán interpretados por la Orquesta Nacional bajo la dirección de su maestro titular y de otros invitados. Cinco programas extraordinarios traerán a Madrid a la Sinfónica de ñerlín (director: Herbig), a la ciudad de Barcelona (director: Rossi), a la Gurzenich Orchester, de Colonia (director: Ahronovitch), al Coro y Orquesta Gulbelkian, de Lisboa, y a la Academia St. Martin in the Fields (director: Heltay).Mientras se desarrollan estos cinco conciertos, la ONE visitará diversas ciudades españolas y preparará, con mayor detenimiento, las obras a interpretar. Una mirada estadística sobre los directores que tienen a su cargo programas con la ONE nos lleva a la siguiente conclusión: Antonio Ros Marbá, maestro titular cuyo ejercicio oficial se inicia en octubre, seis programas; Serglu Celibidache, cuatro programas. A razón de uno, los extranjeros Inbal, Glulini, Sckrowaczéwski, Lutoslawski y Temirkanov, al ternando con los españoles Miguel Angel Gómez, José María Cervera, Arturo Tamayo y Calleya (rumano, nacionalizado).

En cuanto a los solistas, sin ánimo exhaustivo, destacaremos a los pianistas Weissenberg, Coll Tordesillas, Zeltser, Larrocha Espinosa y Carmen Vilá; los viofinistas Stern, Spivakovsky y Grünberg y los violoncellistas Claret y Corostola, además de las cantantes Norman y Bustamante, así como los protagonistas vocales de los diversos oratorios.

El repertario

Lo primero a destacar es la presencia de autores españoles de distinta significación histórica y estética: Carmelo Bernaola figura en el primer programa con el estreno español de Villanesca obra encargo de- Radio Nacional para su primera audición en Holanda, y su segunda en Saintes Conrado del Campo, cuyo cente narlo hemos conmemorado este año, queda bien representado con la Fantasía castellana, para piano y orquesta, y Roberto Gerhard, con el Concierto para violín, de 1942. El grupo de nuestros «clásicos del siglo XX» lo completa Manuel de Falla, cuyos «nocturnos» dirigirá Celibidache. De las promociones actuales, además de Bernaola, se han seleccionado obras de Llácer Plá, Gonzalo de Olavide (Sine Die, 1973), Miguel Angel Coria, con un estreno, y otro autor y obra a determinar que se incluirá en el programa de Calleya. Es decir, un total de ocho partituras sobre un conjunto de veinticuatro conciertos, proporción que, todavía, parece insuficiente. No tenemos a la vista, pues no han sido publicados, los programas especiales- de música contemporánea, de los que tanto se ha hablado y escrito a partir de un proyectado festival. Es lógico pensar que el repertorio de la ONE se ha pensado teniendo muy en cuenta dicha posibilidad, tanto en lo que a autores nacionales se refiere como en lo relativo a música extranjera actual. Sólo está representada -y con extraordinaria brillantez- por Lutoslawski, quien dirigirá su Sinfonía (1945) y su Concierto para violoncello (1970). Se rinde homenaje al recientemente desaparecido Aaram Katchaturian con el Concierto para violoncello.

Un poco de estadística

Una provisional estadística del resto de la programación (sujeta como es sabido, a posibles retoques y alteraciones) nos da el siguiente resultado: figuran con cuatro obras Brahms, Schubert y Beethoven; con tres, Mozart; con dos, Haydn, Respighi (cuyo centenario se conmemora en el 79), Schumann, Tchaikowsky, Bartok y Strawinsky. Con una partitura, Prokofiev, Berg, Weber, Rachmaninov, Britten, Debussy, Sibelius, Fauré, Honegger, Rossini, Scriabin, Strauss, Schoenberg, Ravel, Franck, Liszt, Dvorak, Gluck, Berlioz, Monteverdi, Gabrielli, Mendelssohn, Haendel, Bruckner y Mahler.

Naturalmente, la importancia de las partituras es bien diversa. Así, tenemos la Misa en sol, de Schubert; el Réquiem, de Fauré; Visperas, de Monteverdi; Misa, de Mozart; Salmo, de Mendelssohn; Sinfonía de salmos, de Strawinsky; Israel en Egipto, de Haendel, una obra sinfónico-coral sin determinar, de Beethoven; El rey David, de Honegger, o la Segunda sinfonía, de MahIer, la mayoría de las cuales están encomendadas al Coro Nacional, quedando las otras a cargo del Orfeón Donostiarra, el de la Gulbelkian y el londinense de St. Martin in the Fields. El ciclo dará comienzo el 20 de octubre para clausurarse el 29 de abril del año próximo.