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Craxi califica al Partido Comunista italiano de "totalitario"

Juan Arias

El semanario L'Espresso publicó ayer un artículo de Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista italiano (PSI), titulado El Evangelio socialista, de más de cinco mil palabras, en el que ataca duramente al Partido Comunista italiano (PCI), al que califica de «totalitario». Se trata de un documento importante, que establece las bases de la «nueva, orientación » del socialistamo italiano y constituye también una clara respuesta a una reciente entrevista del líder comunista Enrico Berlinguer con el diario Repubblica.

« En su largo artículo, Craxi señala que todo tipo de leninismo es profundamente totalitario y antidemocrático. Lo es no sólo el marxismo-leninismo de marca soviética, sino también -indica- la revisión hecha por Grarmsci y aplicada políticamente por Togliatti. Según el PSI no se trata de reformar el leninismo, sino de abandonarlo definitivamente, porque «el leninismo -dice- no es la ideología de la clase obrera, sino un intento de justificación filosófica del pretendido derecho histórico de los intelectuales a gobernar autocráticamente a las clases trabajadoras».

«El leninismo es una religión»

Craxi manifiesta a continuación que «el leninismo comunista no es más que una religión camuflada de ciencia, que pretende haber encontrado una respuesta a todos los problemas de la existencia. Por esto -agrega- no ha podido nunca soportar a sus adversarios.

Según el líder socialista, que, evidentemente, no ha bajado sus armas frente a los comunistas ni siquiera durante los calores de agosto, la diferencia entre el comunismo leninista y el socialismo es de fondo, y deriva en «una incompatibilidad substancial que puede sintetizarse en la contraposición entre colectivismo y pluralismo».

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El derecho a equivocarse

Mientras para Craxi el leninismo es «orgánicamente totalitario y puede prescindir del Estado y de sus órganos coercitivos porque pretende crear un orden social lleno de armonía», el socialismo, en cambio, es «democrático, laico, pluralista» y no pretende «elevar ninguna doctrina al rango de ortodoxia, ni desea limitar la Investigación científica y el debate intelectual; tampoco -expresa- tiene «recetas absolutas que imponer». Más aún: Craxi sostiene que el socialismo «reconoce que el derecho más precioso del hombre es el de equivocarse. No pretende -dice- presentarse como sustitutivo ideal o real de las religiones positivas».

L'Unita, órgano del Partido Comunista, informa sólo por ahora sobre la aparición de este documento de Craxi, e ironiza acerca de su carácter «ambicioso», al querer presentarse -explica- como la summa o la «carta» definitiva del «socialismo europeo». Recuerda la Constitución norteamericana -agrega-, pero con la diferencia de que ésta fue escrita a mediados del siglo XVIII.

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