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Toledo: primera de feria

Tres funcionarios para seis torillos

Las llamadas figuras del toreo, perdón, los funcionarios del monopolio, hicieron el paseíllo en Toledo, para pasear delante de seis torillos de AP. Léase seis corderos, sospechosamente romos, derrengados y cómodos. Estos funciona irlos desempeñaron su papel con su reconocida categoría de burócratas del toreo, con perdón por lo de toreo, Teruel. sonriente, relamido y, cursi. Manzanares, del que dicen que es un muletero, alguien sabrá por qué. Y Nimeño II, en oscuro funcionario, un muchachito sin personalidad ni decisión. Los tres funcionaron a destajo, entre la indiferencia general y la menor emoción. Se hace difícil contar algo, recordar algo; los seis dijes pasaban mil veces delante de las narices de los toreros y nada. Nada porque no hay calidad, ni afición, ni la menor profesionalidad. Son unos tristes funcionarios que salen a representar una obra de teatro ya muy vista. O se pone remedio de una vez a esta situación o estos soporíferos señores y sus mentores acaban con la paciencia de la gente.El primero salió con una cornada en el anca, y derrengado, entre fuerte bronca, Teruel lo tanteó precavido y sin confianza; toreó con la mano alta, afectado y desconfiado. Al cuarto. un corderito, que entraba en la muleta cansino y tontorrón, le hizo una faena pesada Y adocenada. Perfilero Teruel dio pases aseaditos en cantidad. De pronto a Teruel le dio por los circulares, ¡media docena de circulares que van!

Plaza de Toledo

Primera de feria. Toros de Antonio Pérez: terciados, muy romos los tres primeros; cómodos de cabeza, flojos y nobles. Angel Teruel: pinchazo, estacada tendida y cinco descabellos (bronca). Dos pinchazos, bajonazo (aviso) y descabello (vuelta al ruedo). Manzanares: Estocálda desprendida y descabello (escasa petición de oreja). Pinchazo, pinchazo bajísímo y atravesado (pitos). Nimeño ll: Estocada tendida y baja (palmitas y saludos). Dos pinchazos y estocada baja y delantera (palmas).

Manzanares en el segundo estuvo anodino, faena del unipase, sin dominio alguno, recorrió todo el ruedo tras el torillo. Labor pesada sin calidad; sólo un pase de pecho con la derecha y ahí se acabó la esencia del alicantino. Con el quinto no pudo, estuvo falto de sitio, desconfiado, perdió los papeles. Ni torea, ni puede con el borrego ni tiene afición. Así, este torero con pretensiones de figura ni siquiera interesa al público.

Muy mal Nimeño II. Otro hombre sin sitio y aburrido. Al tercero lo toreó con mimo y delicadeza para que no se cayera el debilucho animal; pero, eso sí, de perfil, y con el pico de la muleta, es decir, con todas las afectaciones y defectos. Con el sexto no pudo y se desconfió ¡qué miedo! Encima este torero vulgar no tiene el valor mínimo para enfrentarse a un choto visiblemente romo de cabeza y sin peligro. Eso sí, con las banderillas, carreras para un lado, carreras para otro y clavar a cabeza pasada; para salir después de la suerte, despavorido, en busca de la boca del burladero y del banderillero dispuesto al quite.

Los únicos toreros en la plza fueron los banderilleros: Rafael Corbelle, El Ecijano y Solanito, pero las figuritas faltaría más no les dejaron lucirse y pidieron exigentes a la presidencia, siempre obediente, el cambio de tercio.

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