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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Energía e ideologías

Jefe de Relaciones Externas de UNESA

Mario Gaviria -autoadjetivado como ecologista y urbanista- se ha salido del área de sus conocimientos específicos -salvo que todo sea urbanismo y ecología o este señor sepa de todo- y arremetió furiosamente contra los planes energéticos, sus autores, las empresas que los han puesto en marcha y no se sabe cuántas cosas más, sin mucho más equipaje -por lo que se puede leer en los tres artículos publicados recientemente en el diario EL PAIS- que su ideología.

Bien está el respeto a las ideologías, a todas las ideologías, sobre todo a las más representativas de acuerdo con los resultados electorales. Pero si una ideología, además de ser democráticamente poco representativa es utilizada inadecuadamente, las conclusiones a que se llegue pueden ser especialmente absurdas.

Bien está que a través de los juicios de valor expresados democráticamente, socialmente, se decida el modelo de sociedad y los objetivos a alcanzar, incluidos los energéticos. Y bien está, porque es lo lógico, que tales definiciones se realicen a través de las estructuras democráticas, dentro de las cuales el Parlamento es una pieza clave. Pero lo que ya resulta mucho menos lógico es saltarse dichas estructuras democráticas y descender a los subjetivismos y caprichos personales. Un debate serio sobre un plan energético no se puede realizar a nivel personal y de personalismos.

Por otra parte, también conviene tener muy en cuenta que una crisis como la energética y la elaboración de un plan que intente darle solución exigen un riguroso conocimiento y tratamiento tanto técnico como económico de todo ello. No se trata de creer o dejar de creer en esto o aquello, sino de dar solución técnica, económica y social a un problema grave. A un problema español, pero también mundial. Se da, además, la circunstancia de que la propia universalidad del problema, así como la homogeneidad de situaciones derivada de esta misma universalidad, han conducido a que el problema energético haya sido estudiado por las más prestigiosas organizaciones especializadas supranacionales, llegándose a diagnósticos y a medidas internacionales.

Lo que se ha hecho y lo que se está haciendo en España en el plano energético no se diferencia básicamente de lo que se ha realizado y !e está realizando en otros países más que en lo que se deriva de las diferencias de tipo natural o en la cronología. El hecho de que aquí no tengamos gas natural y otros lo tengan, o el que nuestras reservas de petróleo sean mínimas, hace que determinadas alternativas como la nuclear, sean utilizadas aquí en mayor proporción que, por ejemplo, en los Estados Unidos. También es un hecho que aquí llevamos cierto retraso en la adopción de ciertas medidas -como las de precios o las de ahorro energético- por razones de tipo político de todos conocidas-.

Pero, al mismo tiempo, no cabe la menor duda de que el desarrollo del sector energético español se mueve en las mismas direcciones que el del resto de los países de la OCDE -y dentro de ellos Suecia, Estados Unidos, Suiza, Japón, Holanda o cualquier otro-, los países comunistas o los que se hallan en vías de desarrollo. Tampoco han influido en el modo de tratar los problemas el hecho de que la industria esté en manos privadas o en poder del Estado. En lo sustantivo no existen diferencias.

Precisamente por ello, gran parte de las críticas de Mario Gaviria no tienen sentido dentro de la actual organización institucional, ni lo tendrían con otra organización de signo contrario, ni tampoco tierien sentido al considerar la situación española dentro del contexto internacional. Sus críticas se ajustan mucho más a sus prejuicios personales que a la realiclad sobre la que aplica susjuicics de valor.

He aquí algurios datos:

1. Decir que la debilidad energética actual de Espana es consecuencia cle los errores cometidos por lai compañías eléctricas en 1969 y 1972, equivale a ignorar todo lo que ocurrió en el mundo desde 1973, que, por supuesto, es mucho ignorar.

2. Decir que la nuclearización generalizada significa la consolidación definitiv a de España en el campo norteamericano, atribuyéndolo al último objetivo del electro-fránquismo, supone darle a este nuevo ente inventado por Mario Gaviria un poder tal que ha hecho opta: también por la misma solución a la casi totalidad de los países clesarrollados de Occidente y del mundo comunista, entre los que: cabe citar,como ejemplo, a Suecia, la URSS, Suiza, Austria, Yugoslavia, Japón, Inglaterra, etcétera.

3. Calificar los sucesivos Planes Energéticos Nacionales como documentos ideológicos constituye una originalidad crítica que no coincide, en absoluto, con el contenido de dichos planes e, incluso, con otras críticas hechas a los mismos. Si algo cabe decir de la actividad erripresarial es que prefieren los datos y los hechos reales a las ideologías. De las ideologías tan sólo viven unos pocos y a cambio de que muchos se preocupen de la auténtica realidad.

4. Afirmar que cuantos más planes energéticos más dependencia exterior, equivale a ígnorar que, dado lo limitado de los recursos energéticos propios. cuanto más aumente el consumo mayor es la dependencia española del exterior. Lo que se persigue precisamente es que dicha dependencia no crezca tan rápidamente sustituyendo energías extranjeras con gran peso sobre la balanza de pagos, por otras que generen menor efecto.

5. Lo que llevó a los países de la OCDE a decidirse por la energía nuclear no es cconvención estadístico-ldeológica» de que este tipo de energía es nacionál. sino el hecho de que aun siendo extranjera ejerce un menor impacto negativo sobre la balanza de pagos que el petróleo y, además, supone una mejor diversificación de fuentes de suministro.

6. ¿Cómo se puede criticar fundada y sensatamente la opción nuclear española en base a que dicha fuente de energía registra una mayor participación relativa que en Estados Unidos en la cobertura de la demanda?

¿Es que ignora usted que Estados Unidos es un importante productor de petróleo y de gas y España no?

7. ¿Cómo se puede sorprender usted de que la estructura de co bertura de la demanda haya va riado de unos planes a otros? ¿Es que ignora que, como consecue ncia de la crisis energética, han entrado en línea de competitividad recursos energéticos que antes no lo eran o se acentuó la necesidad de diver sificar fuentes de suministro y de reducir el impacto de las impor taciones de energía sobre la ba lanza de pagos? Lo anormal sería que un plan elaborado en 1971 -antes de la crisis- fuese idéntico, en cuanto a la estructura de las fuentes de energía, a otro realiza do en 1978.

8.También resulta sorprendente que alguien se sorprenda de que las estimaciones sobre tasas de crecimiento del PIB realizadas en 1971 no coincidan con las estimaciones hechas actualmente. Esto es tanto como ignorar que en 1973 se desencadenó una crisis económica de efectos, en algunos casos, irreversibles.

9. Gracias a las decisiones que se adoptaron allá por los años se senta y comienzos de los setenta, España dispone hoy de una experiencia nuclear y contará próximamente con unos 6.500 MW de potencia instalada nuclear, con la que podrá obtener unos 40.000 GWh de producción anual de energía eléctrica. Esta producción equivale a la que se puede obtener en año de hidrau licidad media con el equipo que exista en el año 1987. Se optó por la energía nuclear por razones económicas, de seguridad, ecológicas y de saneamiento de la balanza de pagos. Los programas nucleares registran una cierta desaceleración tanto aquí como en el exterior debido a la desaceleración en el crecimiento económico y de la demanda. A pesar de esta desaceleración, la crisis económica vino a demos trar la gran validez de la opción nuclear.

10. No resulta objetivo hablar de un desarrollo energético demasiado expansivo o de un excesivo crecimiento de la demanda, cuando los consumos per cápita de energía en España son notablemente inferiores a los que se registran en la mayoría de los países desarrollados. España está muy lejos de la saturación energética y de un nivel satisfactorio de desarrollo. Si el crecimiento de la demanda se desaceleró no ha sido por saturación, sino como consecuencia de la crisis.

11. Al hablar de las necesidades de potencia instalada hay que tener en cuenta razones de seguridad de abastecimiento. No se puede hablar de un exceso de capacidad en función de las excepcionales características hidráulicas de 1977. ya que en 1976, debido a una intensa sequía. existió una alta probabilidad de restricciones.

12. No se puede hablar de desconocirri. lento de las posibilidades hidráulicas no utilizadas, ya que dicho potencial ha sido objeto de profundos estudios. El incremento de equipo hidráulico previsto de aquí a 1987 tendrá una utilización. en hidraulicidad media, de tan sólo 1.500 horas anuales, lo que asigna a este equipo la condición de garantía de potencia, pero con poco respaldo en energía.

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