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Castejón y Porta llegan mañana a Madrid

La semana entrante ha de resultar decisiva en lo que a posibilidad de que la anunciada huelga de futbolistas se lleve a cabo o no. Tanto Castejón, director del Consejo Superior de Deportes, como Porta, presidente de la Federación, han anunciado su intención de presentarse mañana en Madrid. Entre tanto, los futbolistas aún no han podido presentar la demanda de huelga en el Ministerio de Trabajo por culpa del puente.

Castejón y Porta, sin duda, están preocupados ante el anuncio de huelga, y de ahí que hayan decidido interrumpir sus vacaciones. El asunto afecta mucho más a Porta que a Castejón, porque éste podría refugiarse, como lo ha hecho Pío Cabanillas, ministro de Cultura, en que el tema es de competencia específicamente federativa.Porta ha visto el peligro y parece dispuesto a apearse de su terquedad, si bien trata de darle una vuelta al asunto y de arrogarse ahora el papel de «arreglalotodo» al estilo Kissinger, que tanto le gusta desempeñar. «Haré de mediador entre los jugadores y los clubs. Es un conflicto entre ellos, en el que la Federación no puede hacer otra cosa que mediar.» Porta, al decir esto, no sólo da la espalda a la realidad de que la Federación y los clubs son una misina cosa de que los miembros de la Federación son directivos de clubs, sino que con un desparpajo envidiable deja de lado el hecho de que fue por decisión personal suya por lo que se interrumpieron las conversaciones con la Asociación de Futbolistas (AFE) y por lo que se llegó al actual estado de cosas.

Difícil solución

Todo el mundo desea evitar la huelga, y los futbolistas más que nadie. Pero éstos presentan dos reivindicaciones a las que no piensan renunciar: la seguridad de cobro y la abolición del límite de edad en Tercera. Lo segundo podría solucionarse con un acuerdo rápido, aunque para eso fuera preciso ignorar el. hecho de que la Asamblea General es el único órgano con capacidad para tomar una decisión así, pero el problema del cobro es más difícil.

Durante años, la Federación -la misma que ahora quiere arrogarse el papel de prudente y sabia mediadora- ha tramitado, en contra de los reglamentos existentes, las fichas de clubs que tenían deudas con jugadores desde años anteriores. Eso ha permitido a los clubs seguir adelante en sus proyectos deportivos, dejando atrás un reguero de deudas a jugadores, a quienes nadie ha amparado a la hora de reclamar lo suyo. Dada la complicidad de la Federación con los clubs morosos y dado también el increíble hecho de que los jugadores no pueden demandar a los clubs en los tribunales ordinarios -porque si lo hacen son expulsados del seno de la Federación y no pueden seguir practicando su profesión-, las deudas se han ido amontonando unas sobre otras, y la AFE tiene reclamaciones por valor de más de 120 millones. Se puede hablar de tantos casos concretos como se desee: el Cacereño debe desde hace dos años 577.000 pesetas a Cruz Roldán -en este tiempo el Cacereño ha hecho nuevos fichajes y ha subido a Segunda «B», la Federación nunca puso pega a tramitarle nuevas fichas-; a Nebot el Mallorca le debe millón y medio; el Badajoz adeuda a Corrales, Del Barco y Vázquez Sánchez 1.388.000; el Málaga, 2.646.000 a Requejo y a Palomo; el Gerona, 150.000 a Rueda; el Almería, 472.000 a Francisco Molina; el Oviedo, 850.000 a Seoane y 450.000 a Morón; el Toledo, 868.000 a Marín y Benito; el Atlético Baleares, 660.000 a Lezcano... La lista sería interminable. Pocos de estos hombres, por no decir ninguno, son millonarios. Son hombres a los que se les firmó un contrato para que jugaran al fútbol a cambio de unas cantidades con las que ellos confiaban vivir y alimentar a su familia. La suma, queda dicho más arriba, llega a rebasar los 120 millones; la Federación -regenerada en feliz, aunque a tardía hora piensa pasar de cómplice a «mediadora», pero ¿de dónde puede salir todo ese dinero? Habrá que aguardar con interés los acontecimientos de esta semana.

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