"Louise Brown ha sido un milagro, muy especial"
La niña Louise Brown tiene ya una semana y dos días. Su nacimiento ha despertado una gran expectación en todo el mundo. Todos los medios de difusión han visto en este experimento ginecológico un descubrimiento de primera magnitud. Con cautela, los científicos expresan la misma opinión. Los médicos que lo llevaron a la práctica han pedido que los resultados de su trabajo se estudien con todo cuidado, porque son conscientes de que, simplemente, han llegado al principio de una gran aventura. Para la madre de Louise Brown todo es mucho más elocuente. Ella ha visto el nacimiento de su hija como «un milagro muy especial», y así ha hablado de este histórico parto.
El semanario Observer, de Londres, incluía en la primera página de su último número un chiste que resume el ambiente creado en Gran Bretaña a raíz del nacimiento de la primera niña cuya fecundación tuvo efecto fuera del útero materno. «Todos los suspiros de esta ciudad -comentaba un vendedor de prensa de la capital británica- parecen provenir del corazón de Louise Brown.» Louise es la pequeña protagonista de la historia. El Times, el diario más importante del Reino Unido, ya recoge los aumentos de peso de Louise con la misma asiduidad con que publica las variaciones múltiples del dólar. El responsable de la sección económica de un periódico de Manchester, el lugar del que proviene el matrimonio Brown, asociaba el nacimiento de Louise con la situación de la Bolsa durante el martes de la pasada semana, cuando nació la llamada niña probeta. Dentro de este ambiente, que no ha excluido la interpretación científica de uno de los hallazgos ginecológicos más importantes de la historia de la medicina, la madre ha contado su historia. Con ese lenguaje típico de las amas de casa británicas, feliz de volver a su hogar y abrumada por la felicidad, Lesley Brown ha narrado así los primeros días de su especial maternidad.«No sé si todas las madres son iguales, pero a mi me ocurre que no puedo dejar de mirar a mi hija. La contemplo sólo para asegurarme de que en efecto sigue ahí. Quiero verla durante todos los minutos del día. Las enfermeras se ríen de mí y me dicen que no me preocupe, que ella no va a levantarse e irse de la habitación.
«Cuando el doctor Steptoe (ginecólogo responsable del experimento) llegó aquella tarde del martes y dijo "puede que sea esta noche", ni me atemoricé ni me llené de preocupaciones. Pienso que me sentí por primera vez feliz de que por fin el embarazo fuera a terminar y de que por fin algo iba a suceder. Mi calma era total. En ese estado me llevaron al paritorio»
«No puedo recordar nada de lo que ocurrió hasta que alguien me acarició la cara y me dijo: "¿Quiere ver al bebé? Es una niña." Creo que eso ocurrió en el paritorio. A partir de esa pregunta. todo se ha borrado de mi mente. Sólo puedo recordar lo feliz que me sentí entonces.»
«Ni siquiera el seno del bebé tuvo ninguna importancia. Dentro de mi estado de felicidad lo único que me interesaba era recordar que había tenido un bebé y que se hallaba estupendamente. »
"Mi hija"
«Me desperté de nuevo a eso de las dos de la madrugada. La habitación estaba levemente iluminada y pude ver al doctor Edwards (fisiólogo de la reproducción que también participó en la experiencia) sentado junto a mí. Me sentí francamente relajada. Supe en seguida que tenía que agradecerle a aquel médico todas las cosas maravillosas que había llegado a hacer por mí. Por eso le acerqué mi mano y le dije, simplemente, "gracias, gracias", y volví a caer dormida.»
« Lo que recuerdo de lo que pasó luego es que ya era de día. El doctor Steptoe entró en la habitación y me preguntó si yo quería tener al bebé junto a mí, en la habitación. El médico me dejó y luego vino con la niña en brazos. No pude hablar. Simplemente la miré, maravillada de que fuera tan perfecta, tan hermosa, y de que fuera mía.»
«Tomé a Louise en mis brazos y en aquel momento me daba la impresión de que ella y yo éramos las únicas personas que había en ese momento en el mundo. Quise que aquel instante durara toda mi vida. En cierto modo será así, porque esto es lo que siempre esperé a lo largo de mi existencia. Todos me dijeron que era imposible, que yo no podría tener hijos. Por eso ahora es tan emotivo este día. Jamás podré olvidar este segundo en que sentí a la niña por primera vez en mis brazos.»
«Todo ha valido la pena. Todos mis viajes, todo el sufrimiento. A veces me da la impresión de que he estado toda mi vida esperando tener un hijo. Cuando era una chiquilla siempre pensé que debía ser una niñera, pero creía que para ello debía tener antes diez hijos propios: cinco niños y cinco niñas. »
«Después han venido todas las felicitaciones. Las postales y las flores y los telegramas. Me sentí tan feliz, tan orgullosa... Luego quise ver la cara de mi marido, John, al encontrarse con nuestra hija. Entre los dos bromeamos sobre nuestra capacidad para crear algo tan absolutamente bello.»
"IIusiones imposibles"
«Todas las madres deben creer que sus hijos son perfectos. Yo soy como todas. En cada una de las fibras de mi cuerpo siento ahora la sensación de felicidad cada vez que miro a Louise. Su pelo escaso, sus manos adorables y pequeñas, y unos ojos que ya parecen verme: parecen ilusiones imposibles.»
« Lo que quiero ahora es volver a casa y empezar a cuidarme por mí misma. La gente ha sido muy amable. pero deseo ya estar en casa. Yo soy una persona ordinaria que arde en deseos de llevar a su hija en su cochecito y que quiere estar de nuevo con su familia.»
«Una de las cosas que he decidido es no volver a trabajar, porque de lo contrario no podría estar con Louise todo el tiempo que debo delicarle. Yo soy una persona muy posesiva. Por tanto, creo que seré muy posesiva con respecto a ella. Me gusta que John esté conmigo todo el tiempo.»
«¿Me atrevería a volver a tener la misma experiencia? Por supuesto que lo haría, si el doctor Steptoe me lo permitiera. Antes de que naciera Louise le dije a John: "¿No estarás arrepentido de haber hecho todo esto?" Para mí fue muy importante escuchar su respuesta, favorable a todo el proceso del experimento a que nos sometimos.»
« Me gustaría aconsejarle a todas las mujeres que no pueden tener hijos que no duden en acudir a la ciencia del mismo modo que lo he hecho yo. La gente ha dicho muchas cosas sobre el carácter antinatural de esta experiencia, pero a mí no me lo parece ».
«Sé que todo nacimiento es un milagro. Pero me parece que yo estoy en el centro de un milagro muy especial. Resulta maravilloso que yo sea simplemente una persona ordinaria, ni rica ni especial, a la que le ha sido prestado un tratamiento maravilloso.»
«Ahora estoy amamantando a Louise. Pienso que ella está empezando a vivir una vida que será féliz»
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