Puritanismo publicitario
La noticia de agencia salida ayer de los teletipos era bien significativa: sólo dos clubs de Primera División de la República Federal de Alemania, el campeón, Colonia, y el Schalke 04, otro de los equipos punteros. han rechazado este año la publicidad en las camisetas de sus jugadores, con el dinero que ello supone para sus arcas. El primero cree que no le hace falta y el segundo ha despreciado una oferta de diecinueve millones de pesetas. Ambos opinan que para obligar a los jugadores a llevar propaganda es necesario cobrar muchísimo más. «Sólo» eso. ,Qué más da anunciar una Firma? El jugador ya es un «anuncio» de por sí.Las ciftas que Borussla, Eintrach Braunschweig o Bayern cobrarán esta próxima temporada oscl Jan entre los veinticuatro y los cincuenta millones. Naturalmente, son los más «caros». pero las cantidades merece la pena tenerlas en cuenta para las comparaciones inferiores.
El puritano fútbol español, que nada en números rojos y está a punto de ahogarse, debe sentir envidia del publicitario, y no por eso menos serio, fútbol alemán. Como debe sentirla del francés, que está aún más cercano y ya ha empezado su Liga, con publicidad en las camisetas igualmente. Por algo dejó la mejor impresión de calidad en el Mundial, aunque frustrada por la parcialidad argentina, y no le pesó, precisamente, que sus jugadores llevaran rótulos en las camisetas de los clubs. Le benefició, eso seguro, iniciar antes su calendario sin perder el tiempo en torneos veraniegos, como ocurrió entonces y ocurre ahora en España. Aquí está prohibida absurdamente la publicidad en fútbol cuando se permite en otros deportes «muchísimo menos publicitarios», como el balón-mano, por ejemplo. Porta no la quiere y la Federación Castellana, que debió llevar una propuesta para permitirla (aprobada en su asamblea del 30 de junio) a la última nacional, no lo hizo para no contrariar al «jefe». Pero el problema es que ni el «jefe». ni nadie, da soluciones, porque no las hay, salvo apretarse un cinturón que ya no da más de sí y que llega tarde. Así de triste es el tema.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.