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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Falange frente a fascismo

Ante la reciente reunión de la ultraderecha italiana, francesa y -la que aquí nos interesa desenmascarar- española en la sala de la Mutalité, de París-, y ante la aún más cercana en la plaza de Las Ventas, de Madrid, conviene recordar una nota publicada en la prensa española el 19 de diciembre de 1934, redactada por José Antonio Primo de Rivera:«La noticia de que José Antonio Primo de Rivera, jefe de Falange Española de la JONS, se disponía a acudir a cierto congreso internacional fascista que está celebrándose en Montreux, es totalmente falsa. El jefe de la Falange fue requerido para asistir; pero rehusó terminantemente la invitación por entender que el genuino carácter del movimiento que acaudilla repugna incluso la apariencia de una dirección internacional.

Por otra parte, la Falange Española y de las JONS no es un movimiento fascista; tiene con el fascismo algunas coincidencias en puntos esenciales de valor universal, pero va perfilándose cada día con caracteres peculiares y está segura de encontrar, precisamente por ese camino, sus posibilidades más fecundas.»

Tras la afirmación de Blas Piñar de que Fuerza Nueva es «una síntesis de la Falange y el franquismo», parece desprenderse que en esa síntesis no se incluye la nota anterior, como tampoco el artículo prohibido por la censura en Informaciones en abril de 1936, noventa días antes del comienzo de la guerra, en el que se afirma categóricamente que la Falange «... jamás se ha llamado fascismo en el olvidado párrafo del menos importante documento oficial ni en la menos humilde hoja de propaganda».

La Falange nunca ha sido un movimiento fascista. A pesar de que se utilicen símbolos, gestos y nombres falangistas, sus usurpadores jamás lo serán. Un primer punto de la ética joseantoniana consiste en el respeto a los demás; las continuas provocaciones, la toma de bares y cafeterías brazo en alto, en definitiva, «el conmigo o contra mí» están muy lejos de ese ideal de respeto al hombre preconizado por José Antonio.

En la actualidad existe en todo el mundo un movimiento perfectamente coordinado para el relanzamiento del fascismo al espectro político mundial. Así asistimos a la aparición en Francia, Italia, Inglaterra, España, etcétera, de grupos que, escondidos tras un falso nacionalismo, pretenden la defensa de intereses oligárquicos de clase. Al igual que en la Italia de Mussoliní, el fascismo surgió con un marcado acento socialista por la endeblez del incipiente Partido Socialista italiano, hoy, en España, se pretende alzar el movimiento fascista en la todavía joven y revolucionaria ideología joseantoniana, que aunque mutilada y tergiversada, sigue arrastrando jóvenes, y que, semienterrada durante muchos años, se encuentra casi completa en las Obras Completas de José Antonio, y no en el espíritu automesiánico de líderes usurpadores y falsificadores (incluso aquellos que se autoconsideran «históricos»)

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