El alcalde inaugura el ajardinamiento de cuatro plazas
El alcalde de Madrid, José Luis Alvarez, acompañado de sus delegados de Saneamiento y Medio Ambiente, Florentino Pérez, y de Relaciones Sociales, Eloy Ibáñez, inauguró ayer por la mañana el ajardinamiento de cuatro plazas que el Ayuntamiento ha realizado en la zona sur de la ciudad.Las plazas que ahora han sido ajardinadas son las de San Vicente de Paúl, Coimbra y Setúbal -que forman, entre las dos, una sola-, Rutillo Gacis y Luca de Tena. Las obras realizadas por el Departamento de Parques, Jardines y Estética Urbana en esos cuatro lugares han consistido, fundamentalmente en la explanación de los terrenos y en su acondicionamiento para instalar en ellos unazona de césped, con árboles dentro de ella, y otra de juegos infantiles.
Durante la visita municipal no se produjeron grandes concentraciones vecinales a su paso, lo que no suele ser habitual. Sin embargo, sí hubo pequeñas protestas por parte de algunos vecinosde las zonas que iban siendo visitadas. Las protestas se enfocaban, principalmente, a la falta de limpieza de las plazas y parques del barrio o a la necesidad de que hubiera un semáforo en determinado lugar, El alcalde y los delegados que le acompañaban aseguraron tomar nota de cada problema que les era presentado.
También fue visitada una plaza que no estaba incluida en el recorrido, la de Gándara del Oro, hoy absolutamente sin urbanizar, que sólo sirve para que en ella sean aparcados los vehículos privados. El alcalde aseguró, a propuesta de su delegado de Saneamiento, que sería incluida en la relación de miniparques que, en número de cincuenta, piensa instalar el Ayuntamiento. En ellos una parte se destinará a zona verde, en tanto que el resto podría ser convertido en un pequeño polideportivo.
La última de las plazas visitadas fue la de Luca de Tena, a mitad del paseo de las Delicias. Fue en este lugar donde surgió la anécdota, al ser invitados el alcalde y sus acompañantes a beber una limonada en un puesto de bebidas instalado en la misma plaza. Después de beber su limonada, el señor Alvarez se acercó a saludar a la empleada de un puesto de helados y a cambio recibió un polo que, después, se comió en camino de vuelta a la Casa de la Villa.
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