Crecen las espectativas sobre una solución negociada en el Sahara

Según noticias recogidas en esta capital, procedentes de observadores extranjeros en Nuakchott, el golpe del comité militar mauritano fue minuciosamente preparado desde el pasado mes de febrero, es decir, prácticamente desde que el coronel Salek fue nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército. El secreto se mantuvo estrictamente y parece ser que incluso los oficiales franceses y marroquíes, «consejeros» mauritanos, no estaban al corriente de la conspiración en curso, aunque sospechaban «algo raro».

Por otra parte, rumores procedentes de fuentes diversas han afirmado que la intervención de¡ comité militar del coronel Sálek desbarató un complot preparado por el coronel Mbarek, que había precedido al coronel Salek en la jefatura el Ejército. Este complot sería de «color» marroquí, lo que explicaría la inquietud de las autoridades de Rabat tras el «golpe» del lunes último.Las mismas fuentes de información, procedentes de la capital de Mauritania, evocan la satisfacción de la población tras el cambio de régimen. Este sentimiento, por otra parte, a nivel diplomático, ha podido observarse también a lo largo de la semana presente, en, París especialmente. La capital francesa, en efecto, ha sido en cierta medida el centro de gravedad de una intensa actividad diplomática protagonizada por personalidades de los países beligerantes o interesados en el conflicto de¡ Sahara occidental.

El presidente Burguiba, el número dos libio coronel Jallud y el ministro argelino de Asuntos Exteriores, señor Buteflika, se han entrevistado en París entre ellos y los dos últimos visitaron al presidente de la República francesa, Valery Giscard d'Estaing. Como consecuencia de la conversación Giscard-Buteflika, las tirantes relaciones París-Argel, afirmó el ministro argelino, han mejorado realmente.

Libia y Francia intentan encontrar una solución política al conflicto de Chad. Por otro lado, el coronel Dlimi, consejero, del rey Hassan II, visitó anteayer a los nuevos dirigentes de Mauritania.

Todo lo referido hace concebir la esperanza de un arreglo pacífico del conflicto del Sahara y, en tal sentido, se valora altamente el alto el fuego provisional declarado por el Polisario. Como marco estratégico de la posible solución se recuerda la federación mauritano-saharaui ya evocada en otras ocasiones por una parte del Polisario.

El «hueso» sería Marruecos, que continúa considerando el Sahara como propiedad intocable. París, si lo desea, de acuerdo con los demás beligerantes, se estima aquí que podría «conver» a Rabat.