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La Asamblea Parlamentaria castellano-manchega ratifica el proyecto de su preautonomía

La Asamblea de Parlamentarios castellano-manchegos ha ratificado el proyecto de real decreto-ley para la preautonomía de la región, que la comisión permanente había negociado con el ministro para las Regiones. Este proyecto contempla la posibilidad de negociar la integración de Madrid una vez aprobado el decreto. Sin embargo, los parlamentarios madrileños que asistieron en representación y como observadores a la asamblea citada insisten en la necesidad y conveniencia de la integración inmediata de Madrid. Este proyecto será ahora remitido al Consejo de Ministros y a la Comisión de Urgencias Legislativas del Congreso.

La Asamblea de Parlamentarios de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo se celebró en esta última ciudad a las once y media de la noche del lunes, después de la cena, en el hotel Carlos V. En el orden del día figuraba un único punto: la ratificación o no del proyecto de real decreto-ley. Había sido invitados como observadores los parlamentarios madrileños, ya que, como es sabido, pretenden que Madrid forme parte de la región Castilla-La Mancha desde el primer momento de su régimen preautonómico, pero esta petición se hizo cuando ya las otras cinco provincias tenían muy avanzada su negociación preautonómica, por lo que se optó por incluir en el proyecto una disposición adicional que permitiera la posterior inclusión de Madrid, después de negociar las circunstancias de su integración.En los últimos meses este deseo de los parlamentarios madrileños ha sido la causa de una controversia de opiniones en torno a la conveniencia o no de la integración castellano-manchega de Madrid, y en torno a hacerlo antes o después de que las cinco provincias citadas tuvieran su estatuto preautonómico. El problema, no exento de tensiones, sigue sin resolverse. La asamblea, iniciada el lunes por la noche y terminada el martes a las dos de la madrugada, se desarrolló con el mismo clima de tensión mantenido en las últimas semanas, a pesar de que se ratificara por unanimidad el proyecto de decreto. La votación se llevó a cabo sin oír la exposición de los parlamentarios madrileños, a los que sólo se les permitió hablar después de tomar el acuerdo, lo cual produjo fuertes discrepancias entre los asambleistas.

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