Gran homenaje a Ubricht en Alemania del Este
Con un inusitado despliegue tipográfico destaca el diario oficial del Partido Socialista Unificado (PSU) de la República Democrática Alemana (RDA), Neues Deutschland, la celebración del 85 aniversario del nacimiento en Leipzig de Walter Ulbricht. El diario le califica de «gran revolucionario proletario» y enjuicia positivamente su labor política al frente del país y del partido, hasta su dimisión en mayo de 1971 como primer secretario del Comité Central del PSU. El reformismo de su sucesor, Erich Honnecker, significó en la práctica una marginación sistemática de la figura de Ulbricht.Símbolo del estalinismo vigente en la RDA desde el final de la guerra mundial, con la llegada de Honnecker al poder desapareció su nombre de algunos organismos o centros públicos que le estaban dedicados, entre ellos, una estación de metro berlinesa, una academia y un estadio deportivo. Cuando murió Ulbricht,el 1 de agosto de 1973, apenas se dio al país un ambiente de luto. En las aceras se alinearon trescientas personas el día de su entierro.
El inesperado elogio a la persona de Ulbricht por parte de la prensa oficial del partido se ha visto en la República Federal de Alemania como un «atisbo de guerra fría», dos semanas antes de que llegue a Bonn el presidente Carter, urgido por sectores de su país a una postura más rígida en política exterior.
Bonn ha dado a conocer el programa de un rápido viaje del presidente norteamericano a Berlín occidental, con motivo del treinta aniversario del bloqueo de Berlín occidental, que comenzó en junio de 1948. Carter visitará Berlín oeste casi exactamente quince años después de que lo hiciera el presidente Kennedy, que pronunció el 26 de junio de 1963, en el Ayuntamiento de Schoenberg, la famosa frase «yo también soy berlinés», exponente de la guerra fría.
Aunque el clima no se presenta tan enrarecido como entonces, la visita presidencial a Berlín oeste puede ser ocasión de que Carter tranquilice a los sectores más conservadores de su país ofreciendo a la opinión pública una nueva filosofía en la misma dirección. A diferencia de 1963, esta vez el presidente norteamericano llega a la RFA en circunstancias menos favorables que el presidente Kennedy.
Sin embargo, Bonn, que en gran medida ha hecho forzosa la presencia de Carter en la cumbre de grandes países industriales que se celebrará en la capital de la RFA, se esfuerza por ofrecer a la opinión pública una imagen de armonía con Washington. En este contexto cabe interpretar el «turismo político» hacia Estados Unidos desde la RFA en estos días han coincidido en Washington, entre otros, el ministro de Economía, Lambsdorff; el jefe democristiano Kohl, la esposa del presidente Scheel y la vicepresidenta del Parlamento, Ana Marie Renger.
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