Petrolíber invertirá más de 10.000 millones de pesetas

Los beneficios brutos de Petrolíber durante el año pasado totalizaron 722 millones de pesetas, con aumento de 102 millones sobre el ejercicio anterior, según se puso de relieve en la junta general de accionistas celebrada ayer.La sociedad cuenta con un nuevo presidente, cuyo nombramiento ratificó la junta general en la persona de Jaime Fonrodona, hasta fecha reciente subsecretario de Infraestructura y Vivienda del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

En su intervención ante la junta, el nuevo presidente señaló que «la función de la empresa pública en los sistemas de economía de mercado y en el actual entorno sociopolítico no es la de sustituir a la empresa privada ni actuar bajo criterios de subsidiariedad, sino la de cooperar con la misma y con todas las fuerzas económicas y sociales para el mejor cumplimiento de los fines fijados por la Administración ».

El Estado, a través del patrimonio (Ministerio de Hacienda), tiene la mayoría del capital social de Petrolíber, con una participación del 54%, mientras la multinacional americana Marathon controla el 28% y el resto se lo reparten diversos socios privados.

Durante el año pasado la empresa refinó casi cuatro millones de toneladas de crudos, cifra equivalente a la del año anterior, a pesar de lo cual han mejorado notablemente los beneficios gracias a la gestión del director general, señor Sanz Hurtado, según puso de relieve el vicepresidente de la empresa, señor Fierro, en su intervención ante la junta general. Informó también de un nuevo proyecto de transformación en productos químicos de los derivados del petróleo, con una inversión de 10.200 millones de pesetas, que servirá para modificar sustancialmente la estructura de la empresa, generando un ahorro anual en divisas del orden de los cincuenta millones de dólares.

En representación del capital del Estado intervino el director general del Patrimonio del Estado, señor Romaní, quien señaló, la necesidad de que Petrolíber cumpla estrictamente las directrices del Plan Energético y de que el país realice una auténtica política de ahorro de energía en el sector industrial, que si bien requiere inversiones muy fuertes, éstas se recuperan en un corto plazo de tiempo.