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Sesenta de cada cien enfermos padecen del aparato digestivo

En España hay medio millón de personas que padecen úlcera de estómago. Pero no sólo eso, sino que de cada cien enfermos que acuden a una consulta médica sesenta lo hacen aquejados de trastornos en el aparato digestivo. En cirugía esta proporción aumenta: de cada cien intervenciones, setenta se refieren al aparato digestivo. A todo ello debe añadirse la legión innumerable de personas que, en un momento u otro de su vida, padecen gastritis, ardores o simples molestias digestivas.¿Por qué esa gran vulnerabilidad del aparato digestivo? ¿Qué relación hay entre esas enfermedades o síntomas y el funcionamiento general de nuestra vida orgánica o psíquica? Parece como si el aparato digestivo, ese largo tubo que atraviesa nuestros organismos, de extremo a extremo, simbolizase todo nuestro mundo de relación con el exterior. A él acuden, de un modo u otro, no sólo los objetos inanimados que ingerimos del exterior, el alimento, sino también, y de un modo no meramente simbólico, los otros alimentos, los elementos que incorporamos del exterior en nuestra vida orgánica o anímica.

Referencias digestivas

Es, por ejemplo, muy frecuente, escuchar términos que aluden a referencias digestivas, cuando se habla de los más variados aspectos: palabras como devolver, indigestarse, repetir, sentar mal, de un claro significado digestivo, se aplican, en numerosas ocasiones a relaciones personales, acontecimientos afectivos, situaciones profesionales, etcétera. Hay toda una relación, consciente e inconsciente, simbólica y real, orgánica y psíquica, entre el aparato digestivo y toda nuestra existencia cotidiana.

Se sabe hoy, según se afirmó en los recientes congresos de Madrid, que,«en el caso de la úlcera péptico-gastro-duodenal, la dolencia no muestra predilección por un sexo determinado. Sus causas más adecuadas son el estrés, que produce el agobio de las grandes ciudades, así como una alimentación excesiva e inconveniente. Japón es el país donde existe más experiencia del diagnóstico precoz del cáncer gástrico, lo que no es de extrañar, dado que éste constituye allí un mal endémico; pero su investigación se lleva a cabo, asimismo, en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros países».

Inhibición y frustración

En un coloquio celebrado con ocasión del trabajo de estos congresos, los doctores Misiewicz, Grassi, Alberdi, Güemes e Hidalgo Pascual señalaron que, «contrariamente a la creencia general, la úlcera no es una enfermedad característica de las personas sometidas a grandes responsabilidades -no es la enfermedad del ejecutivo-, sino de aquellas otras que viven en un permanente estado de inhibición o frustración. La influencia socioeconómica en el desarrollo de esta enfermedad aparece reflejada en las estadísticas: mientras en España va en aumento, en países de mayor desarrollo, como Estados Unidos, ha comenzado a decrecer desde hace varios años. Lo corrobora también el hecho de que hace veinte años la proporción de ulcerosos entre hombres y mujeres era de cuatro a uno, en tanto que hoy esta relación se encuentra equiparada. Se considera este hecho como una consecuencia de la incorporación creciente de la mujer a la actividad laboral».

Si la vida laboral y la aglomeración urbana inciden en el aumento de la frecuencia de las enfermedades digestivas, cabe sacar la conclusión de que son las condiciones en las que se desarrolla esa actividad cotidiana de los seres humanos, las que acentúan las posibilidades de contraer enfermedades. La frustración emocional, la represión de los sentimientos impuesta en ciertos medios de trabajo, la inhibición en la manifestación de instintos o pulsiones básicas en las personas: sexualidad, amor, agresividad, etcétera, estarían entre los agentes tendentes a la formación de úlceras, lesiones e incluso de algunas formas de cáncer, por mecanismos de traducción nerviosa, como los que explica el doctor Rocha Carlotta en estas mismas páginas.

Alimentación incorrecta

La alimentación también tiene mucho que ver en el mundo de los trastornos gástricos. Además de la dimensión psíquica, que incide, por ejemplo, en el tipo de alimentos que se escogen, el ritmo en las comidas, el horario de ingestiones, etcétera, la alimentación en sí incide en el problema.

«Es curioso observar -se afirmó en otra reunión de los referidos congresos- la influencia racial en algunas enfermedades rectocólicas. Por ejemplo, en la raza anglosajona se dan muchos más casos de colitis ulcerosa crónica que en otras razas. No se conoce el motivo ocasional, pero, en cambio, se ha llegado a saber que la alimentación sin residuos celulósicos es un factor

determinante de las afecciones del colon. Así, en Africa no se dan apenas casos de diverticulosis, muy frecuente en los países desarrollados, con una alimentación a base de pan blanco y sin residuos. Los factores hereditarios, así como la edad, juegan un papel destacado en la frecuencia de estas enfermedades.»

Tratamiento médico

El tratamiento de estas enfermedades está desarrollándose de un modo muy variado. Por ejemplo, a nivel quirúrgico, en un coloquio del congreso, se afirmó que «la vagotomía supraselectiva - intervención quirúrgica sobre el nervio vago- es eficaz en el 95 % de los casos, hasta el punto de que impide la aparición de nuevas úlceras en el futuro».

«El cáncer de digestivo es el más frecuente en el cuerpo humano -se dijo en una ocasión-. En este congreso mundial se han producido revelaciones de sumo interés sobre el diagnóstico precoz de la enfermedad, que suele verse precedida de gastritis crónica, aparición en el estómago de células propias del intestino -metaplasia intestinal- y pólipos gástricos. Se ha reconocido también una mayor propensión a adquirir esta dolencia en las personas que han sufrido una resección del estómago, porque son más proclives a padecer gastritis y metaplasia.»

Según el doctor Piris López-Dóriga, del Radcliffe Infirmary, de Oxford, no se conocen bien las causas del cáncer, aunque «sí sabemos que factores que contribuyen a la formación y desarrollo del cáncer son aquellas situaciones clínicas en las que los pacientes tienen un riesgo elevado de transformación maligna... La detección precoz es posible y esto constituye uno de los mayores avances de la medicina moderna. El problema reside en conseguir que el paciente, sin temores anticipados, acuda a su médico lo antes posible».

Diagnóstico precoz

Existe la posibilidad de prevenir y curar este tipo de cáncer. «Con base a los actuales conocimientos prácticos -prosigue el doctor López-Dóriga-, debemos dirigir nuestros esfuerzos a chequear a aquellos pacientes en los que existe un alto riesgo de cáncer, a fin de detectarlo en su fase más precoz, ofreciendo el tratamiento que, en este estado, tiene grandes posibilidades de obtener la curación... Cuando el diagnóstico de cáncer de estómago se hace en la fase precoz, la curación se obtiene en más del 90% de los casos.» Respecto a la reincidencia de este tipo de cáncer, «se dan algunos casos, aunque, afortunadamente, no es frecuente que ocurra. Las investigaciones modernas indican que factores de predisposición genética y quizá de deficiencia del sistema inmunológico pueden explicar la reincidencia... Solamente la úlcera gástrica puede degenerar en cáncer. La gran mayoría de las úlceras pépticas ocurren en realidad en el duodeno. Con respecto a la úlcera gástrica, un pequeño porcentaje, entre el cuatro y el 10%, evoluciona de esta forma. Pero con los medios actuales la oportunidad de curación es muy grande. Lo ideal sería que todos los pacientes de úlcera de estómago se sometiesen a análisis periódicos con este objetivo».

Un tipo de investigaciones tiene mucho que ver con el éxito de tratamientos de este tipo: la endoscopia digestiva, cuyo avance en los últimos años ha sido espectacular en nuestro país, a la vez que también ha mejorado la radiología, mejorándose técnicas que hacen posible un diagnóstico correcto.

Observación directa

En el año 1868, Kusmaul introdujo en un tragador de cables el primer endoscopio, pero fue en 1958 cuando se inició la actual era endoscópica a base de fibra de vidrio. Hoy es posible introducir un aparato endoscópico por cualquier orificio natural o creando orificios artificiales, lo que permite estudiar en su totalidad el tubo digestivo y la cavidad abdominal.

La endoscopia digestiva es una especialidad digestiva que permite realizar estos diagnósticos a través de la observación directa mediante técnicas visuales que permiten ver la forma y color de la lesión e incluso cinematografiarla u obtener trozos de los tejidos afectados.

La investigación tanto en el campo quirúrgico como en el preventivo, acompañada de aquella otra que, a veces, de un modo muy separado, se efectúa en el campo de psiquismo, constituyen el núcleo de la lucha contra las enfermedades del aparato digestivo, un tipo de enfermedades en el que se resume el conflicto humano, orgánico y psíquico, con su entorno, la dialéctica, bien a través de los alimentos o de las relaciones emocionales, entre el interior y el exterior del organismo, entre el yo orgánico y el mundo exterior de objetos y personas, mundo en el que, en muchas ocasiones, no sabemos cómo relacionarnos, cómo alimentarnos de él o cómo digerirlo.

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