Aprobado el reglamento de régimen interior del Consejo valenciano
El Plenario de parlamentarios aprobó ayer el reglamento de funcionamiento interno del Consejo del País Valenciano, elaborado previamente por una comisión del ente preautonómico, ante la inoperatividad de la comisión del Plenario creada para su redacción.
Las innovaciones del reglamento, más próximo al modelo vasco que al presidencialista catalán, son dos nuevas disposiciones finales que permiten al Consejo solicitar la reunión del Plenario de parlamentarios para informar sobre asuntos relativos a la marcha del autogobierno valenciano. Asimismo, según señala otra de las disposiciones, dos tercios de los miembros del Plenario son suficientes para solicitar la reunión del Consejo, en la que se informe de temas relativos a la problemática del País Valenciano. Asimismo, el Consejo podrá añadir nuevas normas al reglamento, previo conocimiento y acuerdo de los parlamentarios.
Los debates de la sesión estuvieron centrados, especialmente en su última parte, en un documento presentado por el diputado comunista Emerit Bono y apoyado por otras fuerzas políticas que no se especificaron, en el que se pedía al Plenario una declaración sobre la polémica de la identidad valenciana, iniciada por fuerzas políticas de la derecha y grupos ultras días atrás, que tendrán mañana su expresión pública en una concentración autorizada en la plaza de toros.
Contra el valencianismo de animadversión
El conjunto de parlamentarios acordó redactar un nuevo texto en el que se defiendan los mecanismos de expresión popular que posee todo régimen democrático y permita la libre expresión de opinión. El Plenario denuncia, a su vez, las campañas que quieren alterar estos procedimientos democráticos, imponiendo por la fuerza (agresiones personales, boicot de actos públicos, etcétera) determinados puntos de vista.Los parlamentarios valencianos, asimismo, reafirman la personalidad bien definida del País Valenciano, que no reside «en el desencadenamiento de un clima de animadversión y odio contra nadie, sino en una proyección hacia un futuro libre, democrático y autónomo». Por último, la declaración apoya el proceso hacia un autogobierno que ponga fin a la opresión centralista, expresa su apoyo al Consejo y rechaza toda discusión estéril sobre simbolos y denominaciones filológicas. El texto inicial hacía referencia a la actuación de grupos fascistas y de autoridades procedentes del franquismo, extremos que desaparecieron en la redacción final.
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