_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El paso del Ecuador

Manuel Vicent

Si no se cruza la conciencia, el dinero o el ansia de poder, ellos son muy bromistas y deportivos, siempre con su chistecito en rama, su comentario agudo, su sonrisa acuática y su abrazo fajador. Estos diputados constituyentes, cuando la cosa no va de pasiones ideológico- monetarias, son capaces de saltar en pértiga cualquier tramo del articulado con una alegría olímpica. Ayer fueron todo el día de bajada. Los artículos 63 y 64 han vuelto vivos al corral con el acuerdo de lidiarlos al final del título tercero. Ayer los diputados iban cabalgando por un valle sin enmiendas, aprobándolo todo, hasta qué llegó el momento de acampar de nuevo al pie del artículo 85 que regula el referéndum. Este tema va a provocar en la próxima sesión otra catarata de palabras.Ayer hubo en el Congreso ese aburrimiento típico y mortal de un negociado con una tortura de campana neumática. La cosa se redujo a votar, mañana y tarde, uno detrás de otro, la tanda de veinte artículos, sin más. De vez en cuando saltaba una ocurrencia paisana del presidente, o se establecía el consenso de estirar las piernas por debajo del pupitre,o se podía bostezar como el león de la Metro contra el aire de esta primavera avanzada. Y sin mayores aventuras se llegó ayer al artículo 81, que no posee otro interés que el de marcar el paso del ecuador de todo el entramado. El presidente Attard, con un .esto de padrino mediterráneo, tuvo la inspiración solar de cortar por lo sano aquel tedio e invitar a la concurrencia, prensa y diputados, a un refrigerio para tomar la curva de la Constitución con cuatro buches de champán.

El bar cogió un aire de bautizo, con un revuelto alegre de Próceres, pinchos de tortilla, periodistas, montados de lomo, copas de licor servidas por encima de las cabezas ilustres. El trabajo constitucional tuvo una pequeña conmemoración con un cuidado de mucho ambiente cortesano.

Pero la procesión va por dentro, por la parte de allá de las sonrientes dentaduras exactamente. Sobre el artículo 63 se tomó la decisión de vadear el consenso hasta que los nervios se relajen y alguien descubra un truco del diccionario que cubra los intereses. Sobre el artículo 85 se cierne otro nublado de enmiendas. El espacio florido entre estos dos riscos, donde los guardas jurados de la derecha engrasan las escopetas, es el tobogán del patio de colegio que los diputados han recorrido deslizando su tronco serrano. Y así la Constitución avanza hacia el interior de la canícula, como un mecanismo que tan pronto acelera como de repente se cala. Nadie sabe ahora si logrará atravesar el túnel del verano o si quedará abandonado en la mitad del descampado. El ritmo de trabajo que gasta la comisión es muy descoyuntado, con unas síncopas violentas de fock salvaje. Todo eso bien bailado sería capaz de destruir las mejores caderas. Pero ayer se celebró el paso del ecuador. Y hubo una pequeña inundación de champán y zumo de tomate. Y ellos se mojaron el lóbulo de la oreja con un pellizquito de licor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_