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Reportaje:

Un caso entre un millón

El caso que ha implicado al matrimonio Paton es el primero que se conoce desde que el aborto es legal en el Reino Unido. La ley del Aborto entró en vigor hace diez años. Desde entonces ha habido un millón de abortos. Jamás se había producido una denuncia como la planteada por William Paton. Como ha dicho la prensa británica, «lo que comenzó siendo una pelea familiar, ha terminado sentando jurisprudencia» en un tema que, a pesar de haber sido zanjado por el Parlamento hace una década, sigue apasionando a los habitantes del Reino Unido.Joan Paton le había informado al marido que se hallaba encinta hace sólo tres semanas. De acuerdo con las autoridades sanitarias, cuyo juicio es esencial a la hora de permitir un aborto, concurrían en su embarazo las circunstancias que la ley exige para acabar con el feto. Para William «tener este hijo es lo más importante del mundo». Su opinión, que podría ser un factor, pero que legalmente no suponía demasiado, ha sido utilizada en los términos imaginables por las asociaciones británicas que se oponen sistemáticamente al aborto.

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Nueva jurisprudencia sobre el aborto en el Reino Unido

Los argumentos utilizados por estas asociaciones tienen que ver con una legislación aún presente en los códigos del Reino Unido, a pesar de la existente permitiendo el aborto. Matar un feto es ilegal. Lo que hizo la ley del Aborto fue convertir en legal ese acto de acuerdo con ciertas circunstancias.

En los últimos cinco años se han ido promulgando leyes que intentan proteger al feto, aunque centran su atención en el recién nacido. Los casos de niños nacidos con determinadas deformidades, a causa de medicamentos tales como la talidomida o a consecuencia de un accidente, han aconsejado la protección de los derechos del feto. Los padres pueden reclamar los daños ocasionados por tales medicamentos o por los accidentes.

Los antiabortistas esperaban que este caso creara jurisprudencia en su favor y limitara la ley del Aborto. En los últimos dos años, jueces británicos han revocado algunas decisiones ministeriales. Los antiabortistas creían que no resultaría demasiado difícil que el juez de Liverpool actuara en contra de la opinión de los médicos que informaron favorablemente en el caso de la petición de aborto de la señora Paton.

Al final ha resultado que el juez ha ratificado la conducta de los médicos. En un país donde, como se ha dicho, el aborto sigue siendo tema cotidiano de discusión parlamentaria y cívica, una decisión como la del juez Baker es histórica, aunque no dejará de ser polémica.

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