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Tensiones y discrepancias en el XXXI Congreso de la UGT

ENVIADO ESPECIALA los sones de Bohemios, interpretada por la banda municipal, ayer se inició, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Barcelona, el XXXI Congreso Confederal de la Unión General de Trabajadores, que se clausura el domingo. Tras la brillantez del marco y de la orquesta, cedida por uno de los últimos responsables del sindicato vertical y actual alcalde de Barcelona, José María Socias, difícilmente pueden ocultarse unas serias tensiones y discrepancias entre el millar de delegados asistentes. Los largos aplausos a las delegaciones internacionales y la emotividad de una entonación unánime de Els Segadors y La Internacional, el congreso en pie, puño en alto, van a quedar eclipsados -al menos así se espera- por la crudeza de los debates que van a plantear algunas federaciones más alejadas que la actual ejecutiva de los dirigentes del PSOE.

Antonio García Duarte, secretario de organización, abrió el congreso, saludando a los delegados y a las representaciones internacionales y destacando el papel de Cataluña y de Barcelona en el movimiento obrero español. Recordó García Duarte que fue en Mataró donde se fundó la UGT y que fue en Barcelona donde, ahora hace cien años, se celebró el primer congreso del sindicato socialista.Se eligió, a continuación, la comisión de credenciales y se procedió al recuento de delegados asistentes por federaciones y uniones y el número de mandatos -uno por cada cien afiliados al corriente de pago- que estaban presentes. En este aspecto se contabilizaron 17.000 mandatos, lo que significaría -dado que afirman tener dos millones de afiliados- que 300.000 militantes son morosos. La realidad, según comentaron a EL PAIS delegados asistentes, es que los morosos son muchos más, y que algunas federaciones han pedido créditos para poner al corriente de cuotas a los afiliados que no pagan y acudir con mayor número de mandatos, así como en otras se han sorprendido al encontrarse con que se les han otorgado más mandatos que los que en proporción a susafiliados les correspondía.

A continuación se designó lamesa del congreso, cuya presidencia recayó en Francisco Ramos, procedente de la FETAP, que apenas unos minutos después -tras las intervenciones de las delegaciones internacionales invitadas- habría de enfrentarse con un voto de censura -que superó por veintiséis votos contra ocho- presentado por la delegación de Castellón, con motivo de la concreción de las ponencias y grupos de trabajo.

Cataluña, cuna de la UGT

Manuel Noguera, presidente de la UGT en Cataluña, organización anfitriona, tomó la palabra para mostrar su satisfacción porque vuelve a ser Barcelona, que ya fue la sede de los dos primeros congresos (le UGT en tiempos de Pablo Iglesias, sede de esta asamblea general del sindicato socialista. «Hoy, igual que entonces, tenemos un largo camino que recorrer. El primer paso es la lucha por conseguir que la libertad y la democracia entren en los centros de trabajo, a través de las secciones sindicales de empresa. Y ello vamos a conseguirlo aunque en el Parlamento la derecha, es decir, Alianza Popular, UCD y la Minoría Catalana de los banqueros Trías Fargas y Pujol, traten de impedirlo.»

Fuerzas sindicales y preautonómicas

Joan Codina, conseller de Treball de la Generalidad de Cataluña, intervino a continuación -en catalán y castellano- refiriéndose a la situación de crisis económica, a la necesidad de consolidar la democracia y a los órganos preautonómicos. «Estoy convencido de que todas las fuerzas sindicales han de tener un especial interés en que estas preautonomías se conviertan en autonomías reales y que cada nacionalidad o región de España se autogobierne realmente.»

Se refirió, a continuación, a las dificultades que se ponen a los trabajadores para que participen en los distintos organismos, como es la gestión y control de la Seguridad Social, seguro de desempleo, expedientes de crisis, etcétera. «Retrasan nuestra participación porque temen que los trabajadores lo hagamos mucho mejor, y saben que eliminaremos la corrupción en todos los campos y que seremos capaces de demostrar que sí podemos gobernar.»

En este sentido se preguntó qué organización política y sindical debía enarbolar la bandera de, la reconstrucción nacional y -utilizando palabras de Largo Caballero- concluyó que el PSOE y la UGT «previamente depurados de aventureros y arribistas con la ayuda de la clase trabajadora».Se acordó constituir siete ponencias, con diferentes grupos de trabajo para el desarrollo de este congreso. En ellas, de ahí la polémica que su sola enunciación despertó (voto de censura al presidente de la mesa incluido), se encuentran contenidos muchos de los temas que van a ser reprochados por las delegaciones a la ejecutiva: pacto de la Moncloa, servilismo a la política del PSOE, depuraciones y expulsiones (caso de Navarra), etcétera.

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