Más de 700.000 madrileños asistieron a la verbena de la Casa de Campo
Más de 700.000 madrileños, según datos de la Federación de Vecinos, «medio Madrid», según la Policía Municipal, que no tomó cifras de asistentes, inundaron la Casa de Campo el domingo por la tarde y el suroeste madrileño conoció el atasco más gigantesco de su historia. Quince de los dieciocho kilómetros de carreteras interiores de este parque madrileño quedaron obstruidas por el tráfico durante varias horas.En el fenómeno del pasado domingo, además de la circunstancia propia del festejo, la verbena popular, coincidieron dos factores determinantes; de una parte, la operación retorno por parte de esos 350.000 automóviles que abandonaron la ciudad durante el fin de semana y de otra la falta absoluta de previsión de que hicieron gala las autoridades municipales. Posiblemente no se calculó que la verbena podría atraer a tal cantidad de público ni se pensó que a los madrileños aún les apetece divertirse. Lo que pudo ser una fiesta en todo el más amplio sentido de la palabra quedó en parte empañado por las molestias que produce cualquier tipo de atasco que dura varias horas.
Vista la necesidad de participación en festejos populares demostrada por los madrileños parece insuficiente a posteriori fijar un solo día y unas pocas horas de él para autorizar a los madrileños a divertirse.
La Federación de Vecinos hizo público ayer un comunicado en el que critica el protagonismo del alcalde, señor Alvarez, y la falta de previsión municipal. En síntesis, el comunicado es el siguiente:
«Las dificultades para hacer la romería han sido numerosas. Se ha intentado retrasar todas nuestras propuestas y a tres días vista no había caseta para las entidades ciudadanas. Todo ello en un intento de relegar a la Federación y aprovecharse de estas iniciativas en beneficio propio del Ayuntamiento. Mientras que las organizaciones ciudadanas han manifestado en toda su propaganda, que se han dirigido al Ayuntamiento y que se quería participar conjuntamente, éste, en su programa de festejos y en la aparición del alcalde en televisión, no ha hecho ni una sola mención de la aportación y el trabajo de nuestra entidad ni de las demás asociaciones ciudadanas. En la misma romería al tener necesidad diferentes barrios de exponer una caseta y después de haberla construido, fueron totalmente prohibidas por el alcalde de Madrid. »
«Hubo momentos en que no se encontraron personas responsables que asumieran los problemas que, dada la cantidad de público asistente, surgieron en esos momentos. En conclusión, la diferencia sustancial ha sido que mientras que la Federación hizo un llamamiento a todos los vecinos, entidades cívicas, sociales, Ayuntamiento, etcétera, para reconvertir las fiestas de San Isidro en beneficio de los ciudadanos de Madrid, el Ayuntamiento sólo se ha preocupado de realizar una campaña política en prestigio del alcalde, quien como se le comunicó desde el primer momento está en un período de transición mientras no haya un Ayuntamiento democrático elegido por todos los ciudadanos de Madrid.»
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