La autonomía de Cantabria

Venimos siguiendo atentamente el proceso autonómico del país y más concretamente toda la información que han publicado ustedes sobre la autonomía de Cantabria. Hemos observado lo autonomista que es la Unión de Centro Democrático en aquellas regiones donde ha impuesto su criterio frente al de los partidos más autonomistas.Tal es el caso de Cantabria, donde UCD ha pasado de autodenominarse partidaria de la autonomía a la vacilación durante un año y, últimamente, a una postura un tanto de «saber nadar y guardar la ropa» pidiendo que «en el estatuto, de Cantabria se arbitrará la posibilidad y forma de asociarse con un ente territorial vecino» según afirmaba EL PAIS del 9 de este mes de mayo.

Desde aquí nos queremos solidarizar estrechamente con el senador cántabro Benito Huerta, el cual se opuso al párrafo entrecomillado de arriba enviado en una carta al ministro Clavero. Al mismo tiempo no comprendemos la postura del diputado del PSOE, Jaime Blanco, al firmar esa carta.

La Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria, que tiene en esta región más afiliados que ningún partido, hizo pública una nota en la que expresaba su indignación ante esta política tan pendulona de UCD, y en la que afirmaba que de seguir en esa postura el señor Clavero de no dar la preautonomía para Cantabria, la ADIC se vería obligada a hacer propaganda en contra de UCD en las municipales, entre otras cosas. Que se ande, pues, con mucho cuidado la UCD si quiere seguir obteniendo los votos que la han llevado al poder.

Por último, hemos de dejar claro a Julián Marías que lo que él llama « ente abstracto llamado Cantabria, que geográficamente abarcaría desde Galicia hasta el Bidasoa» (EL PAIS, 9-5-78) es un ente muy concreto que geográficamente abarca la llamada provincia de Santander. De todas formas queremos indicar al señor Marías que quienes tenemos que decidir nuestra preautonomía somos el medio millón de cántabros, y no él ni UCD.