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El transporte urbano: una perspectiva científica para el futuro

Lo que cuesta desplazarse

A la hora de evaluar las alternativas de transporte, los costes, o no se consideran o, como mucho, se han aceptado como consecuencia inevitable del progreso, como uno de los múltiples sacrificios que todo ciudadano debe realizar en aras del transporte privado, sin los cuales no podrían tener lugar los atascos a que desgraciadamente estamos tan acostumbrados.Un factor que sí se considera en el transporte es el tiempo que se emplea viajando, pero en una forma que a veces sería mejor que no se hubiese tenido en cuenta. En efecto, a la hora de evaluar distintas alternativas se suelen reducir sus componentes a un valor homogéneo: pesetas. Por ello, el coste del tiempo empleado en los desplazamientos se expresa en una fracción del salario horario. La consecuencia última de este planteamiento es que el tiempo de viaje es más caro para el que más gana, lo cual lleva a potenciar la alternativa más favorable al más pudiente que, por supuesto, coincide con el transporte privado.

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Resumiendo, podríamos mencionar como elementos del coste de transporte, los que se pueden expresar fácilmente en pesetas: infraestructura, vehículos, combustibles..., y los que son difíciles o imposibles de evaluar: ruidos, humos, accidentes.

Sin embargo, el análisis quedaría enormemente cojo si no nos refiriéramos a la distinta capacidad de cada medio. Por ejemplo, en Madrid, el grado de ocupación de los coches en los viajes al trabajo es de 1,1 personas por vehículo sin alcanzar la media de 1,5 en todos los viajes; en tanto que la capacidad de los vehículos suele exceder de cuatro personas.

Sin intentar en modo alguno la exhaustividad, podemos señalar algunas de las líneas maestras que deberían presidir el planeamiento del futuro transporte como única salida para, al menos, impedir que se agrave aún más la situación actual:

- Planeamiento armónico de residencia y servicios que disminuyan la necesidad de utilizar medios mecánicos para efectuar los desplazamientos. Esto exige que las unidades residenciales vengan equipadas con escuelas, mercados, centros sanitarios, zonas verdes.

- Preponderancia del transporte público, bien sea en vía propia (Metro, ferrocarril) o no (autobús...).

- Coordinación del transporte público, tanto en tarifas y horarios como en zonas de transbordo, que hagan más atractiva su utilización.

- Coordinación del transporte privado con el público, mediante la creación de aparcamientos de disuasión que faciliten la utilización del transporte público a los residentes en las zonas suburbanas.

- Disuasión a la utilización del transporte privado en las zonas más conflictivas de la ciudad a base de medidas tales como carriles sólo-bus, creación de zonas peatonales, limitación de la circulación, etcétera.

- Investigación de los nuevos medios de transporte público a fin de adoptar los más interesantes por motivos de coste, energía empleada, capacidad...

En una palabra, realizar un auténtico planeamiento del transporte que recoja los intereses de la colectividad y que impida la destrucción de lo poco que queda de nuestras ciudades.

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