El Gobierno británico rechazará un voto de confianza parlamentario

El Gobierno británico no tiene intención de someterse en un futuro inmediato a un voto de confianza como consecuencia de su segunda derrota parlamentaria en la discusión del proyecto de ley del presupuesto 1978/79. El primer ministro, James Callaghan, reunió ayer a su Gabinete para estudiar la delicada situación creada por el nuevo revés laborista en la noche del miércoles.

Tal y como se había adelantado en estas columnas, la «gran alianza» de los partidos minoritarios con la oposición conservadora -a falta esta vez de los galeses- ha impuesto una nueva revisión, la segunda en dos días, de las tarifas impositivas directas fijadas por el ministro de Hacienda. Hasta ayer, un porcentaje del 40% comenzaba a pagarse a partir de las 7.000 libras de ingresos anuales.La enmienda conservadora aprobada con el apoyo de liberales, unionistas del Ulster y nacionalistas escoceses,sitúa en 8.000 libras la nueva frontera del 40%, o imposición elevada.

En la noche del lunes, el Gobierno había encajado ya una reducción de un 1% en la tarifa fiscal básica que grava las 7.000 primeras libras anuales, que ahora ha quedado establecida en el 33%.

Los «desperfectos» causados por el momento al proyecto de presupuesto del señor Healey ascienden, en conjunto, a más de quinientos millones de libras, que el Tesoro deberá buscar por otra parte.

Aunque en los Comunes no se perdió el humor durante el debate -que fue pospuesto para que los diputados siguieran por televisión la final futbolística de la Copa de Europa, motivo al que las malas lenguas achacan la falta de los dos votos decisivos para el Gobierno-, la noche acabó en humillación para el partido gorbernante.

Esta relativa debilidad laborista en la Cámara Baja, que en casos extremos puede ser compensada por el voto liberal en virtud del pacto entre ambos partidos, hace cada vez más improbable que el Gobierno pueda sobrevivir después de la extinción formal de acuerdo Lib-Lab. Y, en consecuencia, concentra en el otoño las mayores probabilidades de una convocatoria a elecciones generales.