En Francia no hay noticias de política interior
Ayer, un informador de la radio, al empezar el diario hablado de mediodía de ayer, a modo de excusa, advirtió a los radioescuchas: «políticamente estamos viviendo la semana más tranquila desde hace, por lo menos, cuatro años».
Pero la bomba informativa, políticamente hablando, la tuvieron ayer en sus manos los 536.836 compradores del diario independiente, Le Monde, cuando al llegar a la página siete comprobaron que, a la tradicional sección de información extranjera, no le seguía la no menos tradicional sección de política interior. Por primera vez, desde hace muchos años seguramente, el diario francés, político por excelencia, se declaraba ko: el giscardismo triunfante en los últimos, comicios legislativos, el gaullismo rezongón, el chiraquismo vengador, la desunión de la izquierda, la contestación comunista patrocinada por las acusaciones «históricas» del filósofo Louis Althusser, la desesperación disimulada de los socialistas que se habían prefabricado como la única alternativa de poder..., llegaron ayer, según el vacío histórico de Le Monde, al día cero de su existencia.
«Tanto mejor para la conmemoración del décimo aniversario de mayo del 68», comentó alguien irónicamente. En efecto, desde hace unos días, más que el cumpleaños de aquellas barricadas, los medios de comunicación y el suplemento de libros aparecidos sobre el mismo tema, podían hacer creer que mayo del 68 se está viviendo en este mayo del 78. En política, como en amor, incluso en esta Francia giscardiana que se emplea en la instauración de una «monarquía electiva» (Jean Marie Benoist, filósofo de la significación profunda del giscardismo), cuando se vive intensamente el pasado puede ser como consecuencia de un presente endémico, inexaltante, o que no existe.
