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El Congreso Mundial de Gitanos se divide en dos bloques políticos

A las pocas horas de haberse iniciado el II Congreso Mundial de Gitanos (véase EL PAÍS del pasado domingo) surgieron las primeras discrepancias por la elección del doctor Juan Sibula, ciudadano checoslovaco, con residencia en Suiza, para el cargo de presidente. La elección de un ciudadano inglés no gitano, que fue elegido secretario, también provocó controversias entre los delegados gitanos de veinticinco países.En esencia, la línea divisoria se produjo entre las delegaciones gitanas de los países occidentales y la de los países del este europeo. En los debates, la delegación de Yugoslavia, específicamente, fue acusada de venir en representación del Gobierno de ese país y no de la comunidad gitana.

Producto de estas divergencias, fueron rechazados los estatutos del comité internacional, cuyas disposiciones revisaba ayer tarde una comisión nombrada especialmente para estos efectos, y que pasó a presidir Juan de Dios Ramírez Heredia, diputado gitano español.

Por otra parte, la delegación española, compuesta hasta ayer por la mañana por seis personas del Secretariado Gitano, aumentó con la llegada a Ginebra de Eduardo Giménez de la Rosa, Javier Pisa y Juan Montes, los tres de la Federación de Asociaciones Gitanas de España.

En un documento presentado al Congreso, la Federación se refiere al proceso de toma de conciencia de los jóvenes gitanos, a un nivel espontáneo, sin matices claramente políticos. Una toma de conciencia de su calidad de grupos étnicos marginados, víctimas por años de la represión.

«Los gitanos españoles aún no han hecho sentir en este Congreso, ni tampoco en las relaciones internacionales con otras comunidades gitanas, el peso de su lucha reivindicativa», declaró ayer a EL PAÍS Cristina Bonilla, del Grupo Pro Derechos de las Minorías, organismo consultivo de las Naciones Unidas. Cristina Bonilla hizo hincapié en que España representa la tercera población gitana más importante, aparte de la India, y la más importante numéricamente en Europa occidental (de 350.000 a 500.000 gitanos en España). Estas cifras fluctuantes obedecen a la ausencia de un censo gitano.

La representante del grupo Pro Derechos de las Minorías, de la ONU, informó también que el Congreso había invitado a Eleuterio Sánchez, El Lute, para que interviniera en nombre de la minoría étnica no gitana compuesta por los quinquis, a la cual pertenece El Lute. En horas de la tarde diversas delegaciones gitanas por separado y el Congreso mismo enviaron telegramas al Ministerio de Justicia de España para que Eleuterio Sánchez sea puesto en libertad.

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