Los daneses, escépticos ante la incorporación española al Mercado Común
En 1972 los daneses aprobaron, por escasa mayoría, la adhesión de su país a las Comunidades Europeas. Cinco años después, en noviembre de 1977, una encuesta realizada por el Instituto Gallup, publicada en el diario Berlingske Tidende, a propósito de la actitud actual de los daneses ante el Mercado Común, da un 43% de partidarios de la retirada de Dinamarca del Mercado Común; el 33% se declara favorable, y el 24% restante no expresa su opinión.Respecto a la entrada de España al Mercado Común, los daneses son los menos entusiastas de la CEE. Sólo el 30% de daneses son partidarios de la ampliación, según una encuesta de los servicios estadísticos de la CEE.
El danés es el ciudadano más frío ante la construcción europea. ¿Por qué? «Porque queremos formar nuestra sociedad como nosotros entendemos que debe ser», declara Jens Maigaard, uno de los líderes del movimiento antiMercado Común en Dinamarca.
«Bruselas está muy lejos», dicen los anti-Mercado Común. Temen que las instituciones supranacionales de la CEE alteren las características de la vida danesa.
«Dinamarca es un país pequeño y bueno», dice el refrán popular; «lo pequeño es bello», añaden los defensores de un país de bienestar social que consideran amenazado por la eurocracia europea.
Según Jens Maigaard, anti-Mercado Común puro, el futuro de Europa pasa por la autonomía política de los pueblos, y considera como esperanzador «lo que sucede en Escocia y Gales y lo que se piensa entre los vascos, valones y bretones».
Sus ideas contrastan con las de los medios oficiales, convencidos del camino actual de la CEE, como demuestran las declaraciones de Andersen, ministro de Asuntos Exteriores. Es la eterna polémica entre la Europa de los pueblos, quizá un tanto utópica, y la Europa de los negocios, mucho más efectiva por el momento. Por lo menos, los daneses se han interrogado a fondo antes de pronunciarse en pro de la adhesión. Un proceso que los españoles, como candidatos, podrían plantearse.
Así, por el contrario, el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, K. B. Andersen, declaró a EL PAIS que «los problemas actuales de Dinamarca serían aún más graves si no estuviéramos integrados en el Mercado Común». Añade que el Gobierno es partidario convencido de la entrada de España a la Comunidad.
El Gobierno danés, favorable al ingreso español en la CEE
Pregunta. ¿Está Dinamarca satisfecha de su pertenencia a la CEE?
Respuesta. Dinamarca es miembro de la Comunidad desde hace cinco años. Es la segunda vez que ocupamos la presidencia. Es natural que aprovechemos el momento para interrogarnos sobre la propia experiencia adquirida en asuntos comunitarios. Nadie duda que la crisis económica es importante, lo que condiciona la buena marcha de la CEE. Pero tampoco nadie duda de que, sin esta Comunidad, los problemas serían mucho más graves.
En la crisis de los años treinta, los países intentaron cerrar sus fronteras, exportar su paro hacia sus vecinos, con medidas proteccionistas. Ahora intentamos, en el grupo de la CEE, luchar para superar el proteccionismo, para mantener un sistema comercial liberal a pesar de las dificultades mundiales.
P. La degradación económica de la CEE, ¿influye en la opinión del pueblo danés, que ya estaba dividido antes de ingresar, hace cinco años, cuando la CEE vivía en plena euforia?
R. No lo creo. Si pedimos seriamente hoy a los daneses si creen que debemos abandonar el Mercado Común estoy completamente convencido que la mayoría diría no. Porque comprenden que es más fácil luchar contra el paro y el proteccionismo en el contexto comunitario que no entre cinco millones de daneses. Por otra parte, muchas personas que estaban contra el ingreso en 1972 era porque temían una pérdida de la identidad nacional. Actualmente comprueban que nuestra pertenencia a la Comunidad no impide continuar nuestra adhesión al Nordik (Consejo de Cooperación Económica entre los Países Nórdicos) o con los países de la EFTA (Zona Europea de Libre Cambio) a la que antes pertenecíamos. Al contrario, nuestra adhesión a la CEE nos permite, como en el caso de la cooperación política, exponer nuestros puntos de vista ante los grandes problemas mundiales del momento, llegando a compromisos globales con los demás Estados de la CEE.
P. ¿Qué tipo de problema supone para Dinamarca la ampliación de la Comunidad, con la petición de ingreso de España, Grecia y Portugal?
R. Desde el primer momento mantenemos una posición completamente positiva en relación con la ampliación. Lo hemos dicho claramente en Madrid y Lisboa. ambién empujamos activa mente las negociaciones -ya en curso- con Atenas. Lo que yo creo que es muy importante es el. por qué estos tres países solicitan el ingreso a la Comunidad. Es, en mi opinión, por razones políticas, porque quieren llegar con sus nuevas democracias a esta familia de los nueve. Es un signo positivo que estos tres países, con pasados políticos totalitarios, se alinean a nuestro lado. Pero, al mismo tiempo, habrá dificultades económicas para la ampliación, aunque no serán insuperables.
P. La actual Comunidad a nueve es difícilmente gobernable. Se dice que a doce será ingobernable. Si hay que ir hacia la forma de decisión por mayoría y, en consecuencia, Dinamarca, como los demás países miembros, no puede usar de su derecho al veto, ¿cómo puede reaccionar la opinión pública danesa?
R. No creo que la ampliación aporte grandes problemas nuevos en tal sentido. Ya tenemos actualmente dificultades, a nueve, para respetar el compromiso de Luxemburgo, mediante el cual se puede poner un veto a la decisión comunitaria, si se trata de un tema capital. Lo que ocurre es que, a veces, se llega a usar para pequeños detalles. Desde el punto de vista danés se ha utilizado demasiado el compromiso de Luxemburgo y no siempre con espíritu realista. La ampliación supondrá una limitación más estricta del poder de veto, que habría que utilizar con más prudencia.
«Lo natural será que España escoja la línea de la OTAN »
P. El Gobierno español tendría al parecer una clara estrategia de ligar la adhesión al Mercado Común con el ingreso a la OTAN. ¿Cuál es su opinión sobre el tema, en relación con el actual equilibrio entre el Este y el Oeste?
R. En primer lugar, creo que si la España democrática decide un día incorporarse a la OTAN, es lógico que no seamos contrarios. He oído los argumentos del lado del Este, que dicen que si España entra en la OTAN pondrá en peligro el equilibrio actual. Pero no creo que se trate de un aspecto decisivo. Al contrario, es perfectamente legítimo que todos tengamos una línea maestra para nuestra seguridad. No son argumentos serios los del Este. Pienso que lo natural será que la España democrática escoja la línea de la OTAN.
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