Respuesta del Ateneo Mercantil

Ante los rumores recogidos en los medios de comunicación social, esta presidencia y junta directiva hubieran preferido no responder porque, como toda la prensa reconoce, es inveterada su actitud de respeto a todas las opiniones.Sin embargo, en dichas noticias se ha incurrido en dos errores, sin duda por haber sido torcidamente informadas, ya que no queremos pensar en mala fe ni en embustes deliberados; errores que están causando grave quebranto en el prestigio del Ateneo Mercantil. Se trata de la supuesta supresión de un ciclo de conferencias de parlamentarios por una parte, y de los «nuevos» filósofos franceses por otra. Debemos aclarar, en cuanto al primero, como ya se hizo en una nota a la prensa, que la conferencia del señor Roca Junyent había sido señalada sin que la comisión de cultura ni lajunta directiva pudieran prever, habida cuenta de que estaban programados otros actos inaplazables, entre ellos la junta de compromisarios que se reúne anualmente para la rendición de cuentas ante los socios del Ateneo y, por ello, y no por otra razón, se acordó que pasara a la comisión de cultura para nuevo señalamiento en combinación con las conferencias de los demás parlamentarios. El anticatalanismo, que gratuitamente se nos imputa y, cualesquiera que sean las ideas al respecto de cada uno de los miembros de la junta a título individual, es lo cierto que estuvo ausente en absoluto al tomarse la decisión. Por lo que se refiere a los «nuevos» filósofos franceses, la decisión de no realizarlas de momento fue exclusivamente el elevadísimo precio que suponía el traer a tan distinguidos intelectuales desde París en un momento en que la máxima preocupación de la junta era sanear prontamente la economía maltrecha del Ateneo, como finalmente está consiguiendo.

La afirmación, hecha con ánimo de menospreciar, de que la mayoría de la junta directiva está compuesta por los elementos «más franquistas de UCD, de Alianza Popular y de Alianza Nacional del 18 de Julio» es, naturalmente, una fantasía y delata la intención de politizar, en el peor sentido de la palabra, la cuestión.