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En Alicante, otro pésimo partido del Atlético

El Atlético sumó en Alicante su decimotercera derrota en el actual campeonato, con un juego más pobre aún de la media que ha venido ofreciendo hasta ahora. Para seguir con la costumbre, perdió otro jugador -Leal, con escayola en un pie para quince días- y ofreció otro espectáculo de indisciplina, protagonizado por Leivinha, que se enfadó con Luis cuando éste le sustituyó. El Hércules, vencedor del partido, no acumuló otro mérito que el de achuchar en los últimos veinte minutos. El primer tiempo fue insufrible. El segundo, simplemente malo.El Hércules-Atlético fue un partido entre dos equipos en mal momento físico y de juego, des confiados y con temor ante su situación en la tabla. Si a eso se une que jugaron sobre un terreno de juego en pésimas condiciones -los árbitros, ahora que se sienten fuertes, deberían tomar en consideración este tema- se comprenderá fácilmente que el espectáculo estaba condenado de antemano. El Atlético, que colocó a Ayala de lateral, dejó tres hombres en punta y no buscó su suerte en el juego defensivo, sin que trató de llegar con alguna frecuencia al área de Deusto. Pero el nivel de aciertos individuales era tan bajo -por culpa, en gran parte, del mal estado del terreno de juego- que no consiguió ligar una sola jugada El Hércules, lo mismo. Por increíble que parezca, el primer disparo a puerta de todo el partido -desviadísimo, y obra de Quique- llegó en el minuto veintisiete del partido. Todo el primer tiempo, una sucesión de pases malos y de balones que escapaban al intento de control, fue insufrible.

En la segunda mitad mejoró algo el nivel general; nunca hubo buen fútbol, pero si alguna que otra jugada de área y pequeños sobresaltos para los porteros. En comparación con la primera mitad llegó a parecer fútbol aceptable, aunque no lo fuera. Como pasaba el tiempo sin que llegara el gol en ninguna de las dos puertas, Joanet buscó el recurso de los cabeceadores e hizo comparecer sucesivamente a Barrios y Baena. El Hércules, que vive bajo la amenaza de los cinco negativos, se echó cada vez más adelante para bombear balones. El público, nervioso, empezó a pedir penalties -en una ocasión tal vez con motivo- y el Atlético se defendió con bastante orden. Pero en uno de tantos balones, Barrios metió bien la cabeza y su equipo se anotó el partido gracias a ello. El Hércules habla hecho muy poco, pero el Atlético nada. El resultado alivia levísimamente la angustia de los alicantinos, mientras que el Atlético suma una derrota más en esta temporada negra. De trece salidas no ha conseguido más que un punto, y en Alicante, además del partido, perdió a Leal, baja segura para el partido de mañana contra el Brujas.

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