Calvo Sotelo se entrevistó en Bruselas con el presidente del Consejo de la CEE

El ministro danés de Asuntos Exteriores, B. K. Andersen, actual presidente en funciones del Consejo de la CEE, confirmó a Leopoldo Calvo Sotelo, ministro español para Asuntos Europeos «que existe una total voluntad política para el ingreso de España al Mercado Común».

El ministro español respondió al presidente en funciones del Consejo de la CEE que «también en España hay unanimidad de todos los partidos políticos para el ingreso a la Comunidad».La entrevista Andersen-Calvo Sotelo constituyó el primer acto comunitario del ministro español, en el curso de su estancia de tres jornadas, iniciada ayer, en la capital belga. Hoy miércoles, Calvo Sotelo tendrá una serie de reuniones de trabajo con la Comisión Europea y, en particular, con su vicepresidente, Lorenzo Natali, responsable de la política de ampliación.

«Se trata de un primer contacto para desencadenar todo el proceso que, en principio, debe conducirnos a la adhesión», declaró Calvo Sotelo a EL PAIS. Precisó que la comisión europea le entregará la documentación (cuestionarios) que servirán para un «primer diálogo» hispano-comunitario, con vistas a la preparación del dictamen de la comisión, sobre la candidatura de España.

En relación con los múltiples problemas sectoriales que enturbian las relaciones comerciales entre España y la CEE (siderurgia, textil, pesca, por citar los más graves), Calvo Sotelo afirmó que «hay que lograr que la Comunidad vea esos temas bajo la perspectiva de la futura adhesión de España».

España, a remolque

Calvo Sotelo llega en el momento en que una importante delegación del PSOE, dirigida por su secretario de relaciones exteriores, Luis Yáñez, concluye una visita de dos días a la Comisión Europea. Visita que, a juzgar por las declaraciones del grupo del PSOE no representa ningún «obstáculo» político para el Gobierno. Sobre todo porque el PSOE «no quiere entorpecer por el momento la labor del Gobierno», y porque la estrategia socialista sería a medio plazo. Para cuando empiecen las verdaderas negociaciones -aproximadamente hacia mediados de 1979-, los socialistas esperan provocar un gran debate parlamentario e intervenir en el equipo negociador.

Lo que pudiera ocurrir es que, para entonces, sea un poco tarde. Todos los trabajos actuales de la Comisión Europea, desde el «fresco» al futuro «dictamen», se orientan a enmarcar la futura negociación con España en una óptica puramente comunitaria. Son los comunitarios quienes dicen, en principio, que no habrá «preadhesión», pero la encubren, como opción de trabajo por el momento, en dos posibles períodos de transición. Son también los comunitarios quienes programan sus calendarios y plazos. Si España -Gobierno y Oposición incluida, porque nos jugamos el futuro- espera pacientemente que la CEE marque el ritmo, peligramos de llegar tarde.

Las visitas a Bruselas de parte de la Oposición y del estrenado «mister Europa» español, podrían servir para iniciar rápidamente un «contra plan» español en el camino hacia la CEE, sin tener que ir siempre a remolque de lo que digan los «eurócratas».