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Reunión extraordinaria sobre Rodesia del Consejo de Seguridad de la ONU

«No estoy preparado para condenar o apoyar ahora lo que es sólo un importante primer paso en un camino del que queda aún mucho trecho por recorrer.» En estas palabras de David Owen, pronunciadas ayer por la tarde en los Comunes, se puede resumir lo que dio de sí un debate parlamentario en el que se esperaba que Gran Bretaña delinease su estrategia inmediata sobre la cuestión rodesiana.

El ministro británico de Asuntos Exteriores habló en el Parlamento después de sostener una entrevista de más de tres horas con el obispo Muzorewa, uno de los líderes nacionalistas moderados que han llegado a un acuerdo constitucional con Ian Smith, que ha venido a Londres para pedir el reconocimiento británico del pacto.Mientras el señor Owen prometía de nuevo que Washington y Londres harán todo lo posible para encontrar -todavía- zonas de acuerdo entre el Frente Patriótico y los firmantes de los acuerdos de Salisbury, el jefe guerrillero Joshua Nkomo se dirige a Nueva York para tomar parte en una reunión extraordinaria sobre Rodesia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esta reunión promete convertirse en un choque frontal entre los propósitos de la diplomacia angloestadounidense y las demandas del bloque africano que, a instancias de Nigeria, buscan la condena formal del acuerdo.

Gran Bretaña, que preside este mes por turno los debates del Consejo, estudia ya ceder a otro país la dirección de la reunión, a la que se incorporará el obispo Muzorewa por parte de los firmantes de Salisbury y ante la que hasta el propio lan Smith no descartaba ayer comparecer.

El Frente estaría preparándose ahora para intensificar su acción militar contra Rodesia, según informaciones coincidentes que llegan a Londres. Tras su condena formal del acuerdo entre Ian Smith y los «dirigentes internos» de Zimbabwe, expresada el pasado fin de semana en una declaración conjunta firmada en Mozambique. Josua Nkonio y Robert Mugabe no descartarían ahora, según versiones más especulativas, solicitar directamente apoyo soviético o cubano.

Fuentes africanas consultadas por este periódico opinaban ayer que una abierta intervención en Rodesia de Moscú o La Habana podría significar un excelente pretexto para el vecino régimen racista de Suráfrica, que podría hacer de la lucha de liberación rodesiana una confrontación ideológica abierta a una rápida internacionalización.

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