_
_
_
_

La Conferencia de Belgrado concluirá sin acuerdo

La Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), o «segundo Helsinki», concluirá probablemente en Belgrado a fines de la semana próxima sin que el bloque occidental y el Pacto de Varsovia lleguen a ninguna clase de acuerdo sobre las principales cuestiones del debate: derechos humanos, medidas militares de «confianza» y colaboración tecnológica y económica entre, el Este y el Oeste. Un portavoz de la OTAN declaró ayer que Estados Unidos y las naciones de Europa occidental no aceptarán un documento final «cargado de conceptos ambiguos y desprovisto de sustancia». La reunión se clausurará con un comunicado más o menos extenso, cuyos términos se están discutiendo en este momento sobre la base de una propuesta rumana y otra danesa. En ninguna de las dos se abordan en profundidad los temas citados.El fracaso absoluto de esta conferencia afecta la posición de las naciones supuestamente neutrales y no alineadas, sobre todo la de Yugoslavia. El mariscal Tito envió hace unos días sendos mensajes al presidente norteamericano Jimmy Carter y al jefe de Estado soviético, Leónidas Brejnev, en un último esfuerzo por suavizar los violentos enfrentamientos de Washington y Moscú en Belgrado. Sus representantes, Goldberg y Vorontsov, respectivamente, han continuado e incluso intensificado su política de mutua intransigencia.

El proyecto de documento rumano tiene unas 2.000 palabras en el que -según sugirió el delegado norteamericano-, «se habla de todo y no se determina nada». Tras una extensa «declaración», Bucarest propone la formación de cinco comisiones de «expertos», una de ellas dedicada a los problemas del Mediterráneo, que deberán encargarse, en los próximos dos años, de seguir estudiando lo ya estudiado en Helsinki y Belgrado. En cambio, el proyecto danés, de sólo 450 palabras, prevé el funcionamiento de sólo dos comisiones, que deberán examinar la cooperación científica entre los bloques y las «medidas de confianza».

Seguramente se llegará a un arreglo intermedio entre ambas propuestas, que incluirá la integración del grupo del Mediterráneo, aunque sin la participación de los países africanos. España y otras naciones de la zona se muestran muy interesadas en el asunto. Su embajador, Luis Pan de Soraluce, no oculta, sin embargo, su «decepción y contrariedad» ante la intransigencia mostrada por los norteamericanos y soviéticos en el tratamiento de los «grandes temas».

La única decisión adoptada aquí ha sido, pues, la de seguir discutiendo en Madrid, en noviembre de 1980.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_