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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El Premio Nacional de Historia

Ahora va a resultar cierto lo que me dijo don Rafael Ansón, durante su «gloriosa» etapa de director general de Radiotelevisión, al negarse a autorizar tres episodios de la gran guerra de 1914 que resumieran la inmensa labor humanitaria llevada a cabo por el rey don Alfonso XIII. Ansón fue contundente en la negativa: «Alfonso XIII hoy resulta conflictivo. » Anteriormente estaba claro que la II República no consintiera poner de relieve, con la sensacional documentación que existía en el palacio Real, de Madrid, unas páginas sin precedentes, no ya en la historia de España, sino en la del mundo. Tampoco fue posible que en los cuarenta años de, régimen personificado por el general Franco se autorizara a nadie a estudiar y trabajar en el archivo personal de don Alfonso XIII, porque hubiera surgido -lo que el régimen no quería- una imagen universal y auténtica del monarca, para conocimiento fundamental de los españoles, ya que entre los países extranjeros -Francia, Alemania, Bélgica, Inglaterra, Italia, Austria e incluso Rusia- la huella y el nombre de Alfonso XIII aún perduran al cabo de más de medio siglo con personalísimos e ilustres testimonios.Sólo después de la Restauración, tras una petición concreta, se me permitió investigar en el fabuloso archivo alfonsino, que componen más de 700.000 documentos, de los cuales las cartas dirigidas al Rey, desde los países beligerantes, suman por encima de 300.000. La sorpresa fue para mí doble por el abandono y desorden en que se encontraba tan espléndida y rica documentación. No obstante, a fuerza de trabajar a fondo, conseguí reunir una preciosa e im

(Pasa a la página 9) (Viene de la página 8)

portante cantidad de testimonios impresionantes y sin paralelos que integran el libro Alfonso XIII y la guerra del catorce, el cual sin duda alguna -y lanzo un reto a quien me demuestre lo contrario- representa la obra histórica española más importante publicada en 1977. Y digo importante, no por la intervención de mi modesta pluma, sino por la aportación documental que para la historia de España significa la parte que contiene de¡ archivo personal de don Alfonso XIII. Estas líneas vienen a cuento ante la concesión del premio Marcelino Menéndez y Pelayo de historia a don Javier Tusell por su libro El caciquismo en Andalucía, libro ya premiado, y correspondiente al mismo año, por otro premiónacional como Historia de España y América durante el período hispánico, lo que no deja de ser insólito, no obstante los grandes méritos del señor Tusell, aunque resulte legalísimo, según me afirma el secretario del jurado, señor López Morillas, y cuya misma convicción comparten los ilustres, miembros deljurado al premiar un libro ya premiado y al desechar, entre otros, quizá por escaso valor histórico, Alfonso XIII y la guerra del catorce. A la postre va a resultar cierta la afirmación del señor Ansón (don Rafael) de que es «conflictivo» hablar de un rey de España que puso en libertad a millares de prisioneros de guerra en los campos de Europa; que salvó de la muerte a un centenar largo de combatientes y supuestos espías que iban a ser fusilados; que informó a millares de familiares de soldados de los países beligerantes de si estaban vivos o muertos, y que humanizó la guerra y garantizó el libre paso de los barcos-hospital, entre otras innúmeras misiones que llevó a cabo y dirigió personalmente.

Acepto que se me diga que esta carta es la consecuencia de una «pataleta», porque soy un escritor «por libre», no ligado a clanes ni partidos. Por eso protesto en voz alta ante lo que considero una injusticia, por no decir una «cacicada».

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