Descenso generalizado
Se rompió la racha y esta semana no hubo la simbólica reacción de los viernes. Y no sólo eso, sino que el índice general madrileño ha vuelto a marcar una nueva cota mínima de lo que va de año, al situarse a 94,50 respecto a cien el 1 de enero.Parece, pues, que la contención de las dos tandas precedentes se está debilitando, sin que aparezcan muy claras sus causas. En una primera aproximación podría estar el cacao bancario que han organizado fifty-fifty el Banco de España y Asoban (la Asociación Bancaria), al precipitarse en la creación de un hospital para Bancos en crisis. Este era al menos el tema más comentado en el parquet en los últimos días, sobre todo por lo que afecta a los accionistas de las entidades que, contra su voluntad, se quieren enviar a la UVI.
Otro aspecto que ha andado en lenguas ha sido la emisión de obligaciones que se ven forzadas a hacer algunas compañías de servicios (léase eléctricas) para evitar acudir a los necesarios desdobles de capital, tan mal encajados en estos tiempos en Bolsa.
Estas razones y quizá algunas más, como las reestructuraciones de los sectores siderúrgico y energético, han acentuado la presencia del papel y ocasionado la continuación de los recortes en todos los grupos, excepto el de sociedades de cartera.
Los grupos más afectados por la oferta han sido Alimentación, Quimicas y Eléctricas, que han ido acumulando sucesivas pérdidas.
La gravedad de este debilitamiento se acentúa si tenemos presente el corto volumen de negociación (75 millones nominales) que desmoraliza del todo a los que obligatoriamente tenemos que asistir a los corros.
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