Los proyectos soviéticos en Africa
«La infatigable penetración soviética en Africa ejerce cierta fascinación sobre el conjunto de las naciones y occidentales, hasta el punto de neutralizar los mecanismos elementales de autodefensa...El Kremlin, que no ha brillado jamás por su imaginación, utiliza de nuevo, adaptándola al terreno, una fórmula ya experimentada con éxito en el interior de sus dominios: la táctica que los franceses llaman del salami. Tres zonas parecen haber sido definidas, a partir de las cuales la URSS se esfuerza, lenta, pero seguramente, en progresar. Africa Austral primero, como puntos de partida principales. Angola y Mozambique. Objetivo: la destrucción del poder blanco, por la revolución en Rodesia y en Africa del Sur...
El Africa occidental es la segunda zona que es objeto de la atención privilegiada y especial del dispositivo soviético. En ese contexto, el país que se pretende abatir es la Costa de Marfil. El éxito insolente del régimen liberal de Houphouët-Boigny, así como sus relaciones con los países capitalistas, es considerado como un insulto...
La tentativa se manifiesta por serias implantaciones de elementos cubanos y soviéticos en Guinea-Bissau, Conacry, islas del Cabo Verde, Ghana. Benin y Nigeria...
El cuerno de Africa y sus prolongaciones, Libia y Argelia, figura a la cabeza de la lista de preocupaciones soviéticas del momento. Efectivamente, en ese cuadrilátero es donde se perfilan los grandes fines de la política africana de la URSS, con sus temibles consecuencias. Es aquí donde Moscú despliega los máximos esfuerzos para jugar con las mejores cartas posibles una partida, que juzga primordial. Más que en otras zonas, sus motivaciones parecen dictadas por la estrategia y el deseo de apoderarse de una reserva fabulosa de materias primas, de las que el Occidente ha sido hasta ahora el beneficiario privilegiado...
¿Qué ocurre, ahora? Una corriente de refuerzos soviéticos y cubanos.
No solamente Etiopía no se transforma en un Vietnam para la URSS, como algunos profetizaban este otoño, sino que las tropas del coronel Mengistu, apoyadas por sus aliados marxistas, obligan a sus adversarios eritreos y somalíes a retroceder.
2 febrero
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