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El Atlético estuvo a punto de "recuperar" su negativo

Nuestro fútbol, que ofrece semana tras semana ejemplos palpables de su escasísima calidad, tuvo en el Atlético de Madrid-Real Sociedad un nuevo ejemplo. A nadie puede extrañar, pues, que ello se refleje después en la selección. Sobre el mal césped del Manzanares estuvieron el domingo cuatro recientes internacionales frente a Italia: Arconada, López Ufarte, Marcelino y Leal. El Atlético,- dentro de la mediocridad, mereció ganar, y lo hizo, por enésima vez esta temporada, con el raquítico y angustioso resultado de 2- 1. Sin embargo, estuvo a punto de volver a sumar el punto negativo que había dejado en Valencia la semana anterior.Lo único bueno del partido fue que se animó tras el descanso. Antes, entre el frío y una primera parte infame, la tarde futbolística se puso insoportable. El Atlético mandó al principio simplemente porque la Real quiso dejarse dominar. Pero el equipo donostiarra ni siquiera supo contraatacar con peligro después de encajar el primer gol por muy inesperado que fuese. Al comenzar el segundo tiempo buscó el empate en sus únicos momentos buenos, pero tras conseguirlo volvió a su conformismo y acabó «quitando» al Atlético el nuevo negativo que le había endosado No aprovechó ya nunca su nerviosismo defensivo por el posible contra golpe ni tampoco el adelanta miento habitual de Pereira en apoyo de su delantera. Para colmo encajó otro gol «sorpresa», y si antes le había salido bien el arriesgarse -Cortabarría, defensa vigilante de Leivinha, fue el autor del centro del gol-, ahora ya era tarde para intentarlo. Frente a un equipo-enfermería y de veteranos-armadores, que no puede repetir una alineación dos jornadas seguidas, con la baja del sancionado Rubén Cano, además, no supo imponer su pujanza.

El resultado de todo ello fue que el Atlético ganó casi a «balón parado», marcando sus dos goles tras sendos saques de faltas y en ciertos individuales «sorprendentes» de Aguilar y Marcial. Pero el equipo de Luis no ligó jugadas de calidad con peligro «directo» en todo el partido. Sin abrir juego a los extremos, siempre por el centro, de nuevo jugó mal y sin orden. Unicamente Zamora -el omnipresente- salvó bajó los palos., cuatro minutos antes de marcar su gol, un cabezazo de Leivinha -lo que buscó el Atlético ante la impotencia de juego con centros sobre el área- y Arconada envió a córner espléndidamente un gran tiro de Alberto, tras el segundo tanto roji blanco. Pero ambas ocasiones fue ron después de rechaces defensi vos. Quizá es que el día no estuvo «de delanteras».

Además, el centro del campo rojiblanco el domingo fue otra vez decepcionante. En esta ocasión ni siquiera Alberto dio el tono normal, entre otras cosas porque tuvo enfrente a un Zamora, figura del partido con diferencia, y quizá porque se contagió del gélido Marcial. «El rubio de cristal», como se ha dado en llamarle por su fragilidad, sus lesiones y su poco rendimiento a un equipo al que venía como armador fundamental -precisamente en lugar del «jubilable» Alberto-, sólo tuvo contados detalles de su clase, casi olvidada ya, y cumplió más que de sobra, por lo visto, con el gol del triunfo. Un balance demasiado pobre, que Irulegui, entrenador donostiarra, no supo explotar. Sí hubiese sustituido mucho antes a su «par», Alonso, por Diego, un jugador de más vuelos, otro gallo -de color blanquiazulhabría cantado.

Por otro lado, la Real cedió la posibilidad de dominar el medio campo, con poco que se le ayudara a Zamora, porque a Leal -también oscuro para no desentonar- se le emparejó el capitán, Murillo, hombre no creador de juego, sino marcador y defensivo como Alonso. Zamora no lo podía hacer todo, pues ya organizó bastante y encima marcó el gol. Su ambición fue solitaria. Hay que agradecerle, desde luego, que gracias a él vimos algo de fútbol. Aparte de sus goles marcado y salvado, también fue protagonista de una de las dos ocasiones clarísimas para marcar de que dispuso su equipo. Salvadas in extremis por Reina.

Así, pues, el Atlético de las angustias -¡cómo no!- superó un nuevo obstáculo. No ha mejorado nada en juego, pero al menos ha encontrado un aceptable Julio Alberto y no se le ha lesionado ningún hombre más, incluido Leivinha, recurso en teoría precipitado, aunque tal como anda de reducida la plantilla, imprescindible. Sin embargo, la semana próxima tiene una difícil visita al «Eurobetis», peor aún que él en esta Liga, antes de recibir aquí al Barcelona... Bonito panorama.

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