La mala lidia, posible causa de las caídas de los toros

Hasta tal punto el reglamento taurino vigente (aprobado en 1962) desnaturalizó el espectáculo, que su puesta en vigor supuso no sólo una normativa nueva y regresiva, sino también el nacimiento y desarrollo de una nueva filosofía de ejecutar, contemplar y analizar el toreo.Del rigor del toreo ortodoxo (a nivel de lidiadores y de espectadores) se pasó al qué más da, y en eso estamos; torear fue suplido por pegar pases. Los dos primeros tercios, con cuanto significan, con su belleza intrínseca, su repertorio, el juego de la res, etcétera, pasaron a ser puro trámite; preludio engorroso de la faena de muleta, y aún ésta para cincunscribirse a la machacona repetición de tres o cuatro pases, y eso es todo, pues la suerte de matar también experimentó el tránsito de categoría suprema a lance de fortuna, en el que sólo era importante su breveded.

Cualquier intento de rescatar la técnica que se relegaba suponía la despectiva acusación de dogmatismo. La misma obligación de los banderilleros (regulada en el artículo 99 de vigente reglamento, y en anteriores) de parar a las reses toreando a una mano, cuidando correrlas por derecho y con prohibición terminante de recortarlas, se ha tomado a dogmatismo, y hoy casi ninguno lo hace, porque la mayoría inmensa capotea a dos manos y recorta. Y ocurre que ésta puede ser una de las causas de las caídas de los toros, aparte todos los defectos de comportamiento de la res que pueden seguirse de esa incorrecta forma de torear.

La Subdirección General de Sanidad Veterinaria ha efectuado una encuesta sobre la caída del toro de lidia, para lo cual sometió a estudio toros y novillos lidiados durante las temporadas de 1975 y 1976, con participación directa y principal, en los trabajos, de los veterinarios que prestan sus servicios en las plazas. El veterinario Ramón Barga Bensusan nos ha dado. a conocer los resultados, ya elaborados, correspondientes a la temporada 1975, que no pueden ser más reveladores: Los momentos de la lidia en que más veces sean caído las reses son, por este orden, después de recibir la primera vara y sucesivas, y después de ser dobladas por los peones, al principio de la lidia.

Este informe de Sanidad Veterinaria no recoge, expresamente, otras causas colaterales de caídas de los toros (fraude, enfermedades, etcétera), sino las que se deducen de su comportamiento durante la lidia, y en este aspecto ha podido ser demostrada la influencia decisiva en las caídas de la suerte de varas y de los recortes de los peones. También ha podido ser demostrado que no pueden ser aducidas cómo causas de caídas otras circunstancias que solía argumentar el taurinismo, entre ellas el exceso de peso; la consanguinidad, en las ganaderías más «puras», que la fiera se emplee coja gran intensidad en la lidia. Tampoco los toros afeitados sé caen mas que los que salen con las astas íntegras. Se han caído -según el mencionado informe- reses de todas las edades, pesos, grados de bravura y procedencias. El informe de Sanidad Veterinaria hace referencia concreta a las caídas en relación con el común incumplimiento de las condiciones técnicas que establecen los artículos del reglamento 93 y 94 (suerte de varas) y 93 (cómo parar las reses cuándo saltan a la arena). Y aunque añade su creencia de que junto a estas causas observadas pueden influir otras ajenas a la lidia, el dato es de suficiente importancia como para ser tenido en cuenta, sobre todo por quienes estos días estudian la reforma del reglamento taurino.