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Arespacochaga: "Hay que movilizar suelo, porque Madrid se ha terminado"

«Hay que movilizar suelo en Madrid, porque la ciudad se ha terminado.» Esta frase, pronunciada ayer por el alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, durante su habitual rueda de prensa de los jueves, supone el planteamiento básico de lo que hoy la capital de España reclama, desde los puestos municipales, en materia de urbanismo. A partir de ello nace lo que un informador calificó como una declaración de principios del Ayuntamiento De Arespacochaga en esa materia.

La rueda de prensa que ayer por la mañana mantuvo, como casi todos los jueves, el alcalde de Madrid con los informadores municipales, supuso, en el fondo de sus palabras, una especie de declaración de principios del Ayuntamiento que él preside, en materia de urbanismo.El que se planteara el tema en la mesa de la rueda surgió a partir de que el alcalde fuera interrogado acerca de la opinión que le merece el encuentro habido el miércoles pasado entre el ministro de Obras Públicas y Urbanismo, Joaquín Garrigues, y cuatro parlamentarios elegidos por la provincia de Madrid, a los que se sumó Juan de Arespacochaga, en su calidad de senador por designación real.

Al principio del turno de preguntas y respuestas, el alcalde se limitó a hacer grandes generalizaciones sobre el tema, tales como «el Área plantea un estilo de actuación y todo lo que suponga un perfeccionamiento es útil. Por ello estoy de acuerdo con el planteamiento» o «los técnicos de Coplaco han alcanzado un nivel técnico de mucha calidad».

Pero después de que el señor De Arespacochaga afirmara que «la falta de suelo es el problema más acuciante», las respuestas del alcalde tendieron más hacia lo que, a su juicio, pudiera ser la política general de urbanismo en Madrid y su gran área de influencia. Este planteamiento partió de la pregunta de para qué necesitaba Madrid el suelo que el Ayuntamiento reclamaba de Coplaco.

«Está claro que nos encontramos en un sistema de libre mercado», dijo el alcalde. «Pero el problema surge en el momento en que no hay una oferta de suelo donde construir. Es en ese momento cuando se comienza a especular con lo que hay.» Al hacer referencia a la cesión obligatoria de terrenos a favor del Ayuntamiento por parte de los constructores, el señor De Arespacochaga afirmó que «ese 10 % de cesión obligatoria, al Ayuntamiento no le resuelve nada. A lo que hay que tender es a la remodelación urbanística de Madrid. Y el buscar ese suelo necesario para tal remodelación es una labor que le corresponde realizar a Coplaco».

Habría que cerrar Madrid, pero no se puede

Basándose en la afirmación del alcalde de que «Madrid se ha terminado», éste fue preguntado acerca de la necesidad de que Madrid fuera cerrado, de alguna forma, a una nueva construcción, que lo único que haría sería gravar el problema existente de falta de suelo.

«Eso es muy fácil de decir, pero muy dificil de hacer», respondió. «Una cosa así sólo podría hacerse en Rusia, donde te hace falta un salvoconducto para cambiar tu residencia de un sitio a otro. Pero Madrid tiene una marcha propia, como la tiene cualquier ser vivo. Y hay cosas, como es el crecimiento, que no se pueden impedir. Desde luego que habría que cerrar Madrid, pero el Ayuntamiento no ve la posibilidad de hacerlo.»

Como ejemplo de la grandiosidad excesiva alcanzada por Madrid, el señor De Arespacochaga habló de que la ciudad ocupa el 10 % del territorio total abarcado por el Área Metropolitana; pero, a la vez, tiene el 80 % de sus habitantes y el 93 % de los transportes.

Para el actual alcalde, habida cuenta de todos los impedimentos legales y físicos que caen sobre Madrid, una posible solución estaría en dividir Madrid a efectos administrativos, de tal forma que lo que hoy es el gran municipio acabará siendo una serie de alcaldías independientes y federadas entre sí. «Eso sería lo único lógico a hacer», concluyó.

Pero no quiso, con estas palabras, dejar en mal lugar al Area Metropolitana, sino que, inmediatamente, aseguró que «el Área no ha sido capaz de dar el suelo que necesitaba Madrid, pero lo que ha hecho ha sido muy bueno; si no hubiera sido por el Area, ahora nos acercaríamos al caos.»

Pidiéndole respuesta a la pregunta de si el problema del urbanismo madrileño estaba en los urbanizadores, el alcalde dijo que no, que el problema es mucho más complejo: «El urbanismo es la máxima manifestación de la vida y en ella entran en juego políticos, sociólogos, vecinos, los que se dedican a calcular casas y los que se dedican a calcular transportes. Pero de los dos tipos de urbanismo que ahora mismo tenemos a mano, el intensivo y el extensivo -concentrado y dispersado-, el extensivo, en mucha mayor expansión hoy en día, surgió en un momento en que todo se basó en el coche para poder desplazarse a través de grandes extensiones y de una gasolina barata y tirada que ahora no tenemos.»

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