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Israel endurece su tono frente a Egipto

El secretario de Estado norteamericano, Cyrus Vance, se entrevistó ayer con el primer ministro de Israel, Menahem Begin, reanudando así una intensa labor de mediación para tratar de superar la crisis abierta en las conversaciones egipcio-israelíes.

En Jerusalén no se espera que la negociaciones puedan reanudarse en su actual forma e, incluso, se considera que si el presidente egipcio Anuar el Sadat no presenta su dimisión mañana sábado será sólo porque habrá recibido la seguridad, por parte de Estados Unidos, de que aumentarán las presiones sobre Israel. Por su parte, Jerusalén ha endurecido el tono y Begin ha lanzado su primer ataque personal contra Sadat.Exactamente sesenta días después de la dramática llegada del presidente egipcio a Jerusalén, la iniciativa de paz lanzada por Sadat está atravesando su primera grave crisis. Esto no quiere decir que la negociación se dé por concluida, pero va a suponer, sin duda, el fin del diálogo directo, sin intermediarios.

Si Sadat y Begin vuelven a encontrarse, deseo que el presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, ha expresado, será en presencia de este último. La mediación norteamericana vuelve a tomar las riendas del proceso negociador y la misión que Cyrus Vance inicia hoy en El Cairo, tras haberse entrevistado ayer con Begin, supone el comienzo de una campaña diplomática en la que Estados Unidos se convertirá en el único protagonista.

Decepción de Sadat

Los medios políticos israelíes están convencidos de que la retirada de la delegación egipcia de las conversaciones de Jerusalén no ha sido una decisión súbita e impulsiva del presidente egipcio, sino que ha sido «ampliamente madurada» por Sadat. Se considera que ha sido provocada por «una gran decepción profundamente sentida» por el líder egipcio.Sadat esperaba que tras su visita a Jerusalén las negociaciones serían rápidas y que Israel no presentaría dificultades para aceptar el principio de una evacuación de los territorios árabes ocupados y el derecho de los palestinos a la autodeterminación. Por otro lado, estaría despechado por el modo en que se desarrollaban las conversaciones en el seno de la comisión política, donde, en su opinión, cualquier compromiso aceptado por los egipcios era presentado en la prensa como «una capitulación egipcia».

Además, Sadat esperaba que los norteamericanos hiciesen una presión mucho mayor sobre Israel. En Jerusalén se inclinan a pensar que si Sadat no renuncia a su cargo mañana, será tan sólo porque Estados Unidos le ha dado seguridades de que «harán entrar en razón» a los dirigentes israelíes.

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A esto último se debe el endurecimiento del tono del Gobierno israelí porque se espera una acentuación de las presiones norteamericanas. Este es el sentido de los ataques desencadenados por Begin contra Sadat. El primer ministro israelí ha decidido pasar a la ofensiva para intentar mostrar a la opinión internacional, especialmente la norteamericana, que no es él quien se ha vuelto repentinamente intransigente, sino el líder egipcio.

Begin reveló ayer a un grupo de judíos franceses, con Rotschild al frente, que el presidente egipcio «le había prometido personalmente en sus conversaciones de noviembre pasado que el ejército egipcio no sobrepasaría jamás los pasos de Mitla y Gitia, en el Sinaí». Habría prometido también, según Begin, que la mitad del desierto del Sinaí quedaría totalmente desmilitarizado. Indicó, asimismo, que en las discusiones de la comisión militar de El Cairo Egipto había dado marcha atrás.

Verdaderas o falsas estas acusaciones, lo cierto es que hasta ahora Begin había evitado todo ataque contra Sadat. El fracaso de la entrevista Sadat-Begin de Ismailía fue atribuido a la «intransigencia de los funcionarios del Ministerio del Exterior egipcio», nunca a Sadat. Begin esperaba así preservar sus «relaciones privilegiadas» que creía haber establecido con el líder egipcio. Las censuras contra Sadat dirigidas por el primer ministro israelí ayer en la sede del Parlamento israelí han puesto fin a una época.

Mientras tanto, el Gobierno de Jerusalén sigue estudiando si reanudará las discusiones militares con Egipto, aplazadas hasta el sábado.

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