La representación de la Federación de Vecinos, cuestionada por su anterior presidente
La Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos eligió el pasado miércoles a los siete hombres que componen la junta directiva (véase EL PAIS de ayer). La elección, que se efectuó en medio de un claro enfrentamiento entre el anterior presidente de la FPAV, Antonio Villanueva, y los restantes delegados, recayó sobre cinco hombres del Partido Comunista y dos de la Organización Revolucionaria de Trabajadores. Los nuevos cargos fueron los siguientes: presidente, Julián Rebollo, de la Asociación de Vecinos de Aluche; vicepresidente primero, Vicente Llópiz, de: Concepción; vicepresidente segundo, José Molina, de Palomeras; secretario, Antonio Fuertes, de Salamanca; vicesecretario, Fernando Martos, de Las Aguilas; tesorero, Lola Varcárcel, de Valdeacederas y contador, Félix López de Orcasitas.La reunión se inició a las 7.30 de la tarde con la ausencia de dos de los veinticinco delegados que tendrían que haber estado Presentes. Tras señalar que el primer punto del orden del día era la elección de los cargos nominales de la junta directiva, se abrió un turno de palabra para que se determinase la forma de elección.
El representante de San Blas y anterior presidente de la FPAV, Antonio Villanueva, planteó que, previamente a proceder a la elección, era conveniente que cada uno de los presentes mostrase la documentación correspondiente en la que se acreditara que eran los legítimos representantes de su asociación. Todos los delegados se quedaron bastante perplejos y desconcertados por la propuesta, pero a fin de «evitar suspicacias», se fueron leyendo cada uno de los documentos de los delegados. El resultado fue que solamente seis de los delegados habían sido elegidos en asamblea, mientras que el resto había sido designado por la junta directiva. En base a este resultado, el señor Villanueva tuvo una intervención que fue duramente acogida por los restantes delegados, debido a que anunció que no aceptaría ningún cargo en la junta directiva porque todos los asistentes debieran haber sido nombrados por las asambleas de la entidad a la que representaban. «Si en el pleno del 18 de diciembre -dijo- se utilizó como pretexto para retrasar la elección el hecho de que en la mayoría de las asociaciones no se hubieran realizado asambleas, me parece improcedente que en estas condiciones se realice la votación.» Automáticamente se desencadenaron una serie de intervenciones que cuestionaron a su vez la representatividad y gestión del señor Villanueva.
La tensión se apagó cuando Félix López, viendo en lo que podía desencadenar todo aquello, dijo que «somos todos unos irresponsables y el primero es Antonio Villanueva. En mi barrio hemos hecho asamblea porque la hacemos todos los miércoles, pero ahora mismo en ningún barrio se puede convocar una asamblea para discutir sobre la Federación porque a nadie le interesa».
Después se procedió a elegir. a los nuevos directivos, por medio de votación secreta, y a discutir cuáles serían las tareas inmediatas de la FPAV, entre las que se encontraba el tema del transporte madrileño.
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