La más «moderna» de Europa
No sé si considerará estas líneas dignas de publicarse, en un tiempo donde casi sólo se habla de política. Las mando quizá porque me sentí en aquel momento como se sentirían los negros en las épocas de mayor racismo. Ellos, por el color de la piel; yo, por el pelo y los vaqueros.Por la mañana me había aseado. Después de comer lo hice otra vez. Cuando se sale con una chica...
Soy estudiante, español, creo que normal -aunque todos estemos un poco anormales en este mundo de locos-, no guapo, pero que yo, sepa nadie tuvo que salir corriendo al verme. Como era sábado, quise ir al baile: Club Consulado, recientemente convertido en discoteca, calle de Atocha. Los carteles rezan: «Totalmente reformada. La sala de fiestas más moderna de Europa.» Sin embargo, el uniformado empleado «rompeentradas» ha meneado la cabeza y me dice que no puedo entrar. ¿Por qué? «Por llevar el pelo largo... y los pantalones vaqueros; tiene que ir a cambiarse.» (Tengo testigos.) ¿Cuándo cambiaron las normas? «Hace unos días, al inaugurarse como discoteca.» ¡Aaaah!, al ser la más moderna de Europa...
Mi pelo, un poco rizado, apenas llega a taparme las orejas. Esta mañana me lavé a cabeza. Mis pantalones vaqueros, algo descoloridos por el continuo uso, también estaban limpios. Otra cosa: tengo la nariz un poco grande, pero estoy seguro de que habría cabido por la puerta.
Si en ese momento llego a tener en la mano una granada de idem, se la meto en la boca al «rompeentradas». Lo juro. ¡Que me detengan por terrorista en potencia!
