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Josep Meliá: "El «bunker» se opone a mi nombramiento como director de RTVE

El director general de Radiodifusión y Televisión, Fernando Arias Salgado, podría presentar en breve la dimisión de su cargo ante las dificultades que encontraría para racionalizar algunos aspectos de su gestión en Prado del Rey, entre los que estarían el relacionado con el nombramiento de algunos altos cargos, como director de Radiotelevisión -en la persona, al parecer, de Josep Meliá- y jefe de los Servicios Informativos, entre otros. Miembros del staff actual de los Servicios Informativos y algunos mandos intermedios se opondrían a estos cambios.

Josep Meliá dijo a EL PAÍS que no tenía ninguna noticia en firme de su nombramiento como director de Radiotelevisión, rumor que, por otra parte, existe desde hace más de un mes. «Yo sólo he tenido -añadió- noticias paralelas. Hubo unos señores que plantearon la necesidad de sustituir a Rafael Ansón como director general y llegó Arias Salgado. Los mismos señores planearon una televisión más profesional y gerencial, con una mayor autonomía y desvinculación política del Ministerio y pensaron en mí. El presidente Suárez dijo que sí, pero entonces se inició un proceso en el que se trasluce que los viejos jerarcas se resisten a una nueva televisión. La propuesta de mi nombre se hizo en la alta dirección de UCD y en la alta dirección de asuntos políticos de la Moncloa y quienes se oponen a mi nombramiento son los que de alguna manera llamamos bunker.»«La explicación que veo a todo esto -siguió el señor Meliá- es que Radiotelevisión, de siempre, ha tenido un defecto grave: su falta de personalidad, es decir, como un juguete sin rango, entidad ni nivel político ni jerárquico, lo que ha venido suponiendo que sus mandos eran menos que jefes de negociado. El señor Ezcurra puede ir al despacho del director general y decirle que Yale o Umbral no convienen, o que son un peligro para la seguridad del Estado, y no aparecen en la pantalla. En definitiva, se enfrentan dos líneas: una que quiere una televisión independiente, no sometida, compuesta por quienes pensaron en mí, y otra que sería, por ejemplo, la línea Riancho-Ezcurra, que pretendería mantener la línea de Radiotelevisión de la época de Fraga. Los partidarios de este esquema pretenden suprimir el cargo de director de Radiotelevisión e ir devaluando los niveles de responsabilidad sobre la base de una dirección por áreas para que conserve el mando el tinglado de la Dirección General, pero no el director general. »

A la pregunta de que en cuál de los dos esquemas que establecía colocaría al actual jefe de los Servicios Informativos de Radiotelevisión, Fernando Bofill, Josep Meliá respondió: «Boffill es un profesional que ha sintonizado con Arias Salgado y parece que éste no quiere moverle. Sin embargo, aunque es amigo mío, pienso que no hay más remedio que cambiarlo.

En las últimas semanas se ha agudizado el descontento entre los profesionales de los Servicios Informativos de Radiotelevisión por lo que consideran como un recrudecimiento de la censura política, que algunos encarnan, entre otros, en el jefe de los Servicios Informativos, Fernando Bofill. EL PAÍS se puso en contacto con él y le preguntó sobre estos extremos. El señor Bofill dijo que en absoluto se consideraba dentro de la línea seguidora de la política del Ministerio: «Llevo año y pico en este puesto y ya nos han dado el Premio Ondas, que especifica que se nos concede por la apertura de nuevos cauces. Lógicamente, yo me apunto el tanto, pues alto tengo que ver. Y mi espíritu de apertura no viene de ahora, sino de hace muchos años. Está clarísimo que cuanto más se profesionalice la información es mejor. »

A la pregunta de si estaba de acuerdo con quienes le consideraban un artífice de la censura política en Radiotelevisión, Fernando Bofill respondió: «Estamos viviendo un momento en que en Radiotelevisión hay muchas cosas que arreglar y caben todo tipo de rumores. Pero ninguno responde a la realidad. Entre la línea profesional y la política yo siempre he optado por la primera.»

EL PAÍS dijo al señor Bofill que en algunos círculos se hablaba de la necesidad de su sustitución para iniciar una nueva etapa en la información televisiva. «A veces me afectan los rumores -respondió-, pero aviado estaría si tuviera que hacerles caso. Ahora es cierto que no hay nadie inamovible.» Sobre si últimamente se veía más seguro en sus puestos a los maridos de su línea política, el director de Informativos dijo: «No me he planteado el tema. No puedo permitirme esos lujos.»

Por último, Fernando Bofill negó que hubiera descontento entre los profesionales de los Servicios Informativos con respecto a su actuación y a la censura política, y añadió que «lo único que pasa es que hay reajustes, porque vivimos una época de cambio y una nueva etapa en Radiotelevisión y hay que volver a dar a los profesionales su ámbito de competencias».

EL PAÍS intentó ponerse en contacto, sin conseguirlo, con el director general de RTVE, señor Arias Salgado, y con el subdirector general, Luis Ezcurra.

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