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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Olano no es empresario

En la información publicada en EL PAIS referente al conflicto de los actores, se me incluye entre el grupo de empresarios que amenazaron con disolver sus compañías si no se solucionaba el conflicto.¡Ojalá fuese yo el empresario de «Madrid... pecado mortal»! Es empresario no sólo de compañía, sino de local, don Andrés Magdaleno, que aceptó los hechos tal y como se presentaron, sin ningún tipo de amenazas. Pese a que en la sesión de tarde del martes, un piquete de huelga llegó al Muñoz Seca. Sometieron a votación, entre los once actores de la compañía, el ir al paro o seguir trabajando. Lo hicieron delante del piquete. El resultado de la votación fue este: nueve, dijeron que querían continuar trabajando. Hubo dos votos en blanco. Por tanto, se representó la primera función del lunes. Antes de la segunda llegó otro piquete, dialogó con los actores y los convenció para que no actuasen por la noche.

En cuanto a mi actitud fue bien clara, solidario con la de Perla Cristal, - cuando otro piquete llegó al café-teatro Ismael, del que tampoco soy empresario, y trataron de que aquella noche, la del lunes, no se representase mi obra «El paco de la Moncloa». Tanto la citada actriz como yo, les recordamos que en el año 76, cuando poníamos en escena mi «Maja desnuda de Cáceres», arbitrariamente fue cerrado el local y detenidos, incomunicados en calabozos, los cuatro intérpretes. La obra llevaba varios meses representándose, autorizada por la censura. Una denuncia, sobre hechos que no se produjeron, fue suficiente para la detención de Perla Cristal, Angel Soler, Luis Corominas y Justo Errociaín. En aquel entonces -eran cuatro compañeros los detenidos y no solamente uno-, no hubo asambleas, reuniones, paros, huelgas ni solidaridad de la profesión. Por tanto, ante esta inconsecuencia, los actores de Ismael siguieron trabajando. Solamente la coacción, las amenazas, los procedimientos de represalia antidemocráticos, hicieron que ayer, martes, se suspendiesen las representaciones.

Por lo que se refiere a mi actitud con respecto a las reivindicaciones de los actores, yo fui paladín periodistico de las mismas cuando exigieron, justamente, una clara situación laboral. Resulta paradójico que produciéndose el conflicto en Barcelona, cierren todos los teatros de Madrid, mientras allí continuaron las representaciones.

Insisto en que no soy empresario. Y en lo que se refiere a amenazas, no van con mi estilo. Todos mis actores pueden ratificarlo. La amenaza es, me consta, el estilo de parte de esos piquetes de huelga.

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