Nuevas críticas al pantano de Rialp, en Lérida

El enorme costo que supondría la construcción del pantano de Rialp (Lérida) -la mitad del cual recaería entre los agricultores- no compensa la cantidad de superficie de secano que se convertiría en regadío de las comarcas de Les Garrigues y La Segarra, según consta en un estudio técnico realizado por el Secretariado de Conservación para el Desarrollo (Secod), que ha sido entregado en Ponts, a los parlamentarios de Lérida y al que EL PAIS ha tenido acceso.La conclusión final de dicho estudio es que los 450 hectómetros cúbicos de agua que quedarían embalsados en Rialp no pueden ser utilizados para regar las zonas más necesitadas de la provincia de Lérida -concretamente las comarcas de Les Garrigues y La Segarra-, sino que debería ser elevada por medios artificiales, aumentando su costo hasta cantidades prohibitivas para los agricultores de dichas comarcas.

La polémica en torno al pantano de Rialp, que no figura en el plan de aprovechamiento integrado del río Segre aprobado por las Cortes, sino que fue promovido tiempo después por varias compañías hidroeléctricas, se ha agudizado últimamente por los insistentes rumores de que el agua embalsada podría servir para abastecer a la ciudad de Barcelona y su zona industrial. Incluso en el proyecto de Rialp no se hace mención más que someramente de su posible uso como regadío en La Segarra y Les Garrigues, argumento esgrimido por sus promotores y defensores - entre ellos el ex alcalde de Barcelona Joaquín Viola Sauret- para demostrar su interés como supuesta obra social.

Los habitantes del Mig-Segre, comarca muy fértil que quedaría parcialmente inundada por el pantano -en concreto, casi quinientas hectáreas-, solicitan en lugar de Rialp el pantano de Tres Ponts, cuyo costo sería mucho menor y que llevaría el agua rodada a La Segarra y Les Garrigues.