"Propondremos al Consejo de Ministros que declare a Madrid zona contaminada"
Madrid podría recibir en breve la calificación oficial de zona contaminada y pasar a acogerse automáticamente a la ley de Protección del Medio Ambiente Atmosférico si el pleno de la Comisión Interministerial del Medio Ambiente, CIMA, que hoy se reúne, aprueba el expediente elaborado sobre el tema.
Daniel de Linos, director general de ordenación territorial y secretario de la CIMA explicó a EL PAIS que la declaración de zona contaminada alcanzaría a toda la ciudad y que las consecuencias negativas afectarían fundamentalmente a las empresas industriales. «La ley trata frontalmente la contaminación que puedan producir los focos industriales, pero también afecta al control de las calefacciones y el parque de vehículos a gasoil.»El expediente sobre la necesidad de declarar a Madrid como zona contaminada fue elevado a la CIMA por el Ayuntamiento hace dos años. Las medidas preventivas con las que cuentan los organismos oficiales para denunciar y controlar los focos industriales contaminantes, según, el secretario de la CIMA, serán controladas básicamente por el Ayuntamiento madrileño; «se va a poner en marcha un mecanismo automático de los más avanzados para el control de la contaminación, cuyo funcionamiento correrá a cargo del Ayuntamiento, pero el Gobierno Civil, por las competencias que la Carta Especial de Madrid le otorga, decidirá en última instancia.
Respecto al número aproximado de empresas industriales que en estos momentos funcionan sobrepasando los grados de emisión de partículas contaminantes, el señor De Linos respondió que «el problema de la contaminación no era de números, sino de falta de planificación industrial». Las medidas que se tomarán contra las industrias que no adopten las medidas necesarias para la conservación ambiental podrían llegar a ser cerradas. «Los pasos previos al cierre consistirán en apercibir, multar y modificar a las empresas antes de ordenar su cierre. Comprendemos que el momento económico no es el adecuado, pero la ley da facilidades a las industrias.»
Las facilidades con que contarán estas empresas consistirán en subvenciones y ayudas para adecuar sus maquinarias. «Existe una partida presupuestaria oficial a este fin - informó el señor De Linos- cuyo presupuesto para 1978, que aún no está aprobado, asciende a novecientos millones de pesetas.» Reconocemos que esta cantidad puede ser escasa e insuficiente, si tenemos en cuenta que el coste de adaptación de una empresa siderúrgica media de Bilbao puede costar 5.000 millones de pesetas.
Finalmente, y en cuanto a los vehículos contaminantes, el señor De Linos añadió que «los únicos que de manera notable contribuyen al envenenamiento atmosférico son los 60.000 vehículos, cuyo funcionamiento se hace con gasoil y que efectúan todos ellos servicios públicos.
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